lunes, 22 de diciembre de 2008

La Propaganda Leninista

La conciencia de clase es para Marx la base de la conciencia política. Pero, y éste es el aporte fundamental de Lenin, la conciencia de clase, librada a sí misma, se confina en "la lucha económica", es decir, se limita a una conciencia "tradeunionista", a una actividad puramente sindical y no llega a convertirse en conciencia política. Antes es necesario despertarla, educarla y llevarla a la lucha en una esfera más amplia que la constituida por las relaciones entre obreros y patronos. Esta tarea recae en una élite de revolucionarios profesionales, vanguardia consciente del proletariado. El partido comunista debe ser, precisamente, el instrumento de esa relación de la élite y la masa, de la vanguardia y la clase. Lenin sustituye la concepción socialdemócrata del partido obrero, tal como se la conoció sobre todo en Alemania e Inglaterra, por la concepción dialéctica de una cohorte de agitadores que sensibilizan y conducen la masa. En esta perspectiva, la propaganda, entendida en un sentido muy amplio —que va de la agitación a la educación política— se convierte en correa de trasmisión, el vínculo esencial de expresión, rígido y muy elástico al mismo tiempo, que conecta continuamente la masa con el partido y la lleva, poco a poco, a reunirse con la vanguardia en la comprensión y en la acción.
La propaganda de tipo bolchevique puede reducirse a dos expresiones esenciales: la revelación política (o denuncia) y la voz de orden.
Fiel a la palabra de Marx, según la cual "ha de hacerse a la opresión real más dura aún de lo que es agregándole la conciencia de la opresión, y a la vergüenza más denigrante aún haciéndola pública", Lenin invitó a los socialdemócratas "a organizar revelaciones políticas en todos los campos".
Esas "revelaciones" tienden a esclarecer, tras los sofismas con que las clases dominantes envuelven sus intereses egoístas, la verdadera naturaleza de sus apetitos y el fundamento real de su poder, y a dar a las masas una "representación clara" de ello. "Ahora bien, dice Lenin,, no es "en los libros donde el obrero podrá hallar esta representación clara; no la encontrará sino en las exposiciones vivaces, en las revelaciones candentes de lo que ocurre en un momento dado en torno a nosotros, de lo que se habla o cuchichea y que se manifiesta en tales o cuales hechos, cifras, veredictos, etc. Estas revelaciones políticas abarcan todos los campos y son la condición necesaria y fundamental para formar las masas con miras a su actividad revolucionaria." Es ésta la aplicación concreta del plan de desencantamiento marxista: ante cualquier acontecimiento que afecte la vida de las masas, el propagandista leninista debe ir de la apariencia a la realidad, la cual se encuentra al nivel de la lucha de clases, e impedir que los espíritus se desvíen o se hundan en explicaciones superficiales y falsas.
Una guerra, una huelga, un escándalo político son buenas ocasiones para ello; pero con más frecuencia algunos hechos mínimos muy concretos serán los analizados desde sus causas para demostrar cómo, lo que parecía un mero accidente, se relaciona con la explicación política general del partido comunista. Así el partido comunista francés se ha dedicado a demostrar los "crímenes del plan Marshall” tomando como base una penuria parcial, como un cierre de fábrica o el retraso en el suministro de agua en una comuna rural.

Jean_Marie Domenach: La propaganda política. Buenos Aires: Eudeba, 1963
Extraído de:
http://www.luisemiliorecabarren.cl/?q=node/776

0 comentarios: