martes, 23 de junio de 2009

Tesis VII

Recuerda las tinieblas y el gran frío
En este valle resonante de lamentaciones
Bertolt Brecht,
La ópera de dos centavos

Fustel de Coulanges recomienda al historiador que quiere revivir una época olvidar todo lo sucedido a continuación। No podría haber mejor descripción de un método que el materialismo histórico puso en retirada. Es el método de la empatía. Nació de la pereza del corazón, de la acedia que desespera de dominar la verdadera imagen histórica, esa que brilla de manera fugaz. Los teólogos de la Edad Media consideraban la acedia como la fuente de la tristeza. Flaubert, que la conocía bien. Escribió: “Poca gente adivinará cuán triste fue preciso estar para revivir Cartago”. La índole de esa tristeza resulta más evidente cuando nos preguntamos con quién entra efectivamente en empatía el historiador historicista. La respuesta es inevitable: con el vencedor. Ahora bien, quien domina es siempre heredero de todos los vencedores. Por consiguiente, el establecimiento de una empatía con el vencedor beneficia siempre a quien domina. Para quien profesa el materialismo histórico, no hay más que decir. Todos los que hasta aquí obtuvieron la victoria participan de ese cortejo triunfal en el que los amos de hoy marchan sobre los cuerpos de los vencidos de hoy. A ese cortejo triunfal, como fue siempre la costumbre, pertenece también el botín. Lo que se define como bienes culturales. Quien profese el materialismo histórico no puede sino contemplarlos con una mirada llena de distancia. Pues, al pensar en su origen como un todo, ¿cómo no estremecerse de espanto? No han nacido del mero esfuerzo de los grandes genios que los crearon sino, al mismo tiempo, de la anónima faena impuesta a los contemporáneos de esos genios. No hay ningún documento de cultura que no sea a la vez documento de barbarie. Y la misma barbarie que los afecta, afecta igualmente el proceso de su transmisión de mano en mano. Por eso el teórico del materialismo histórico se aparta de ellos tanto como le sea posible. Su tarea, cree, es cepillar la historia a contrapelo.

Vanesa Bouza Sociología

Walter Benjamín, Tesis de filosofía de la historia (1940), citado en Löwy Michael: Walter Benjamín: Aviso de incendio. Una lectura de las tesis “Sobre el concepto de historia”. Fondo de Cultura Económica S.A, 2002.

La lucha de las lecturas de la lucha

Si bien casi todos los marxistas se refieren a la lucha de clases, pocos le dedican una atención tan apasionada, tan intensa, tan excluyente como Walter Benjamin. Lo que le interesa en el pasado no es el desarrollo de las fuerzas productivas, la contradicción entre ellas y las relaciones de producción, las formas de propiedad o de Estado, la evolución de los modos de producción –temas esenciales de la obra de Marx--, sino la lucha a muerte entre opresores y oprimidos, explotadores y explotados, dominantes y dominados.
Así, la historia se le manifiesta como una sucesión de victorias de los poderosos. El poder de una clase dominante no se deduce simplemente de su fuerza económica y política, de la distribución de la propiedad o de las transformaciones del sistema productivo: siempre implica un triunfo histórico en el combate contra las clases subordinadas. En oposición a la visión evolucionista de la historia como una acumulación de “conquistas”, como “progreso” hacia una libertad, una racionalidad o una civilizaciòn cada vez más grandes, Benjamin la percibe “desde abajo”, desde el lado de los vencidos, como una serie de victorias de las clases dirigentes. Su formulación se distingue también, de manera bastante palpable, de la célebre frase de Marx y Engels en el Manifiesto comunista, que más bien insiste en la victoria de las clases revolucionarias en el transcurso de la historia, salvo en el caso excepcional de la “ruina común de las clases en lucha”.
Vanesa Bouza Sociología
Löwy Michael: Walter Benjamín: Aviso de incendio. Una lectura de las tesis “Sobre el concepto de historia”. Fondo de Cultura Económica S.A, 2002.

lunes, 22 de junio de 2009

Defensa

Los mecanismos de defensa sirven al propósito de apartar peligros. Es incuestionable que lo consiguen; es dudoso que el yo, durante su desarrollo, pueda renunciar por completo a ellos, pero es también seguro que ellos mismos pueden convertirse en peligros. Muchas veces el resultado es que el yo ha pagado un precio demasiado alto por los servicios que ellos le prestan. El gasto dinámico que se requiere para solventarlos, así como las limitaciones del yo que conllevan casi regularmente, demuestran ser unos pesados lastres para la economía psíquica. Y, por otra parte, estos mecanismos no son resignados después que socorrieron al yo en los años difíciles de su desarrollo. Desde luego que cada persona no emplea todos los mecanismos de defensa posibles, sino sólo cierta selección de ellos, pero estos se fijan en el interior del yo, devienen unos modos regulares de reacción del carácter, que durante toda la vida se repiten tan pronto como retorna una situación parecida a la originaria. Así pasan a ser infantilismos, comparten el destino de tantas instituciones que se afanan en conservarse cuando ha pasado la época de su idoneidad. “La razón para en locura, la obra de bien en azote”, según la queja del poeta. El yo fortalecido del adulto sigue defendiéndose de unos peligros que ya no existen en la realidad objetiva, y aun se ve esforzado a rebuscar aquellas situaciones de la realidad que puedan servir como sustitutos aproximados del peligro originario, a fin de justificar su aferramiento a los modos habituales de reacción. Bien se entiende, pues, que los mecanismos de defensa, mediante una enajenación respecto del mundo exterior, que gana más y más terreno, y mediante un debilitamiento permanente del yo, preparen y favorezcan el estallido de la neurosis.
Vanesa Bouza Sociología
Sigmund Freud, Análisis terminable e interminable (1937)

Fin de análisis

En la práctica es fácil decirlo. El análisis ha terminado cuando analista y paciente ya no se encuentran en la sesión de trabajo analítico. Y esto ocurrirá cuando estén aproximadamente cumplidas dos condiciones: la primera, que el paciente ya no padezca a causa de sus síntomas y haya superado sus angustias así como sus inhibiciones, y la segunda, que el analista juzgue haber hecho conciente en el enfermo tanto de lo reprimido, esclarecido tanto de lo incomprensible, eliminado tanto de la resistencia interior, que ya no quepa temer que se repitan los procesos patológicos en cuestión. Y si se está impedido de alcanzar esta meta por dificultades externas, mejor se hablará de un análisis imperfecto (unvollständig) que de uno no terminado (unvollendet).
Vanesa Bouza Sociología
Sigmund Freud, Análisis terminable e interminable (1937)

T.P N° 12

1)Realizar en Word mediante las autoformas un esquema en el que incluyas los conceptos vistos en la materia (respecto a las partes de una pc).
2)Leer el texto Condenados a estar conectados y realizar un diagrama conceptual en Word explicando las ideas expuestas por la autora.
3)Enviar el archivo de word a la siguiente dirección: alumnosdecolegios@gmail.com (el mail debe indicar en el asunto el curso y grupo).

Condenados a estar conectados

Por Beatriz Sarlo
Hace pocas semanas, todos vimos la foto o el plano de televisión de Rosa Molina, la compatriota chaqueña de 56 años que pesa sólo 24 kilos. Sentada en la catedral de Resistencia, debajo de una cruz gigantesca, la mujer parecía venir del fondo del tiempo. Su cuerpo torturado por la miseria era el de un semihumano de la estatuaria gótica. Como menos que humana la habían tratado, hasta el momento en que dos o tres denuncias la sacaron un rato del infierno. Los mismos diarios y las mismas pantallas de televisión, en los mismos días, mostraban los millones de turistas (mayoría de argentinos) que llevaron los números de ocupación hotelera a la altura del paraíso. Se puede hacer un fondo de pantalla de la computadora con la foto de Rosa Molina o de las familias felices triscando en la nieve. Vivimos, en efecto, en un mundo superconectado y eso nos obliga a enterarnos, aunque sea para olvidarlo de inmediato, de la existencia de Rosa Molina, que forma parte de los desocupados del Chaco, la mitad de la población activa de la provincia (a la que contribuyen en cantidad escandalosa los indígenas cuya condición no ha mejorado porque ahora se los llame "pueblos originarios": siempre estuvieron en el fondo del tacho y siguen estando allí). Estamos conectados y nos enteramos de todo.


La superconexión incluye, por supuesto, las indispensables conversaciones que tienen como escenario el colectivo. Incluye los mensajes de texto que van y vienen, consultados dos o tres veces a lo largo de un viaje en tren que dura veinte minutos.
Incluye todos los espacios donde las laptop y los nuevos teléfonos se pueden enganchar a la red como si uno estuviera frente su computadora de escritorio. Muchos saben lo que es consultar por internet, cada cinco minutos, el marcador de un partido de tenis o de fútbol; yo soy la primera en confesarme adicta a esa actualización compulsiva.


Hace casi cuatro décadas, Umberto Eco afirmó quelo más propio de la televisión era la "toma directa" del acontecimiento mientras estaba sucediendo, que en esa capacidad de reproducción instantánea la televisión tenía su rasgo más particular y el secreto que la separaba de otras representaciones con imágenes y sonidos como el cine. Cuando Eco hizo esta afirmación, nadie podía adivinar la masa de conexiones y transmisiones directas que hoy nos constituye. Más que una descripción, Eco hizo una profecía: vivir en directo, no sólo como dato sino como utopía cultural.


Hay gente que, todas las tardes, consulta por lo menos dos veces las actualizaciones en internet de los diarios. No sé si es un modo para estar mejor informado que hace veinte años (época en que los diarios argentinos, por ejemplo, tenían muy buenas secciones internacionales y menos páginas de esas secciones perecederas por default que se llaman "sociedad" o "vida cotidiana"). Pero, aunque no se obtenga más información que antes, lo que a uno lo posee es una curiosidad irrefrenable por el detalle que podría haberse alterado en el curso de cuatro o cinco horas. Como si uno estuviera comprando acciones en la bolsa de Tokio. La conectividad jamás reconoce un tope, y siempre parece amenazada por alguna caída imprevista. Nunca hay demasiada conectividad; la conectividad, por definición sólo puede juzgarse en peligro. Siempre se puede caer un servidor, fallar la banda ancha, debilitarse la señal y de pronto, páfate, el mundo pierde relieve. Se desvanece o nos desvanecemos.


Perón, durante sus dieciocho años de exilio, enviaba cartas, documentos y cintas grabadas a sus seguidores. Hoy daría videoconferencias y López Rega colgaría un MP3 todos los días de modo que las directivas del líder pudieran bajarse a los equipos de audio miniaturizados. No sé si eso hubiera acelerado su regreso triunfal de 1973, pero estoy segura de que el suspenso y la precaria llegada de las cintas grabadas serían superados por la comodidad con que circularían los MP3 por correo electrónico. Incluso podría emitir en continuado una radio por internet: "Desde Madrid, hoy a las veinte horas, Perón se dirige a todos los argentinos".


Con sus celulares a mano, mientras regresan del trabajo a su casa hombres y mujeres habrían podido escuchar un podcast peronista y programas donde se reprodujeran discursos históricos. Como todos los investigadores y los periodistas y la gente que opina en el mundo interconectado afirma que la política ha cambiado justamente por los efectos de las nuevas tecnologías comunicativas, no está prohibido reescribir la historia en este futuro hipotético. Naturalmente, los servicios secretos y los enemigos de Perón estarían hackeando su página de internet, introduciendo virus en falsos mensajes de correo del Gran Conductor que podrían sembrar el desconcierto.


Dejo a los lectores la continuación de este folletín tecnopolítico. Yo tengo que ver el resultado de Cañas en el torneo de Toronto, bajar los mensajes, subir unas fotos, buscar en las páginas de cocina una receta de alcauciles rellenos dificultad cero, bajar el MP3 gratis de allaboutjazz. com, que cambia todos los días, bendito sea. No sé qué haría con mi tiempo sin estas impostergables actividades.
Vanesa Bouza Sociología
Extraído de: http://www.clarin.com/diario/2007/08/26/sociedad/s-01483400.htm

martes, 16 de junio de 2009

¿Qué está en juego en las apuestas teóricas?

“El summum del arte en ciencias sociales es, a mi juicio, ser capaz de comprometer apuestas “teóricas” muy altas mediante objetos empíricos muy precisos y a menudo aparentemente mundanos, si no irrisorios. Los científicos sociales tienden a asumir con demasiada facilidad que la importancia sociopolítica de un objeto es suficiente en sí misma para garantizar la importancia del discurso que emiten. Tal vez esto explique por qué los sociólogos más propensos a igualar su importancia con la de su objeto (como hacen algunos de aquellos a quienes hoy interesa el Estado, o el poder) a menudo prestar menor atención al método. Lo que cuenta, en realidad, es el rigor en la construcción del objeto. El poder de un modo de pensar nunca se manifiesta más claramente que en su capacidad de transmutar objetos socialmente insignificantes en objetos científicos… …. o lo que equivale a lo mismo, de aproximarse a un objeto socialmente significante fundamental desde un ángulo inesperado… “
Vanesa Bouza Sociología
Bourdieu P y Wacquant L, Una invitación a la sociología reflexiva, Buenos Aires, Siglo XXI, 2008.

Lo social del método

“…¿Es mejor llevar adelante un estudio extensivo de la totalidad de los elementos relevantes del objeto así construido o abocarse a un estudio intensivo de un fragmento limitado de ese conjunto teórico desprovisto de justificación teórica?.Usualmente, la alternativa con mayor consenso, en nombre de una concepción ingenuamente positivista de precisión y “seriedad”, es la segunda, la que consiste en “estudiar exhaustivamente un objeto muy preciso y bien delimitado”, como les gusta decir a los directores de tesis. (Sería muy fácil demostrar el modo en que virtudes típicamente pequeñoburguesas como “prudencia”, “seriedad”, “honestidad”, etc., sin duda muy apropiadas para administrar un pequeño negocio o conducirse en una posición burocrática intermedia, se trasmutan aquí en “método científico”, así como también el modo en que una intrascendencia socialmente aprobada –un “estudio de comunidad” o un informe burocrático—puede acceder a la existencia científica reconocida como resultado de un clásico efecto de magia social.)”
Vanesa Bouza Sociología
Bourdieu P y Wacquant L, Una invitación a la sociología reflexiva, Buenos Aires, Siglo XXI, 2008.

lunes, 8 de junio de 2009

TP N° 11

Realizar un relato (con introducción, nudo y desenlace) en la que sus protagonistas se conozcan mediante internet.
El relato deberá tener un título

lunes, 1 de junio de 2009

2° Instituto Modelo

3° Instituto Modelo

2° E.S. Instituto Modelo

3° E.S. Instituto Modelo

1° Instituto Modelo

1° ES Instituto Modelo

1°9° E.E. Media N° 2

2°9° E.E. Media N°3

3° Adultos E.E.M. N° 12

Acosta, Gloria
Carrizo, Cynthia
Celi, Mariela
Herrera, Elisa
Lima, Cristian
Farías, Dante
Gomez, Mónica
Vidal, Noelia

4°B Ntra. Sra. de la Misericordia

3° Humanidades Instituto Maipú

Del Pueyo, N
Domene, N
Kessler, M
Meza, E
Rossi, L
Román, N
Santos, M
Valles, C
Vera, A
Giambó, L
Marinelli, B
Marinelli, O
Mendoza, M
Vrhovski, A

3°B San Carlos Borromeo

ACI, Emiliano
ANDRIJASEVICH, Pedro
BENITEZ, Nicolas
BRUTTO, Ricardo
CHAVER, Martin
CONTARTESE, Ernesto
MAINERI, Pablo
PENNACCHIO, Juan Manuel
PIGNATARO, Matias
RAU, Emanuel
RUIZ, Emmanuel
SANTOS, Ariel
VERON, Carlos
VILLAFAÑE, Ezequiel
AGÜERO, Daiana
ALFARO PRADO, Paola
ALVARADO, Carolina
CARCAR, Noelia
CYKMAN LAZARO, Ludmila
FLECHA, Florencia
GAUNA, Ayelen
GRASSO, Marina
HILARION BURGOA, Judith
HOCHBAUM, Chantal
LOPEZ, Noelia
MANGANARO, Yemina
MOSEICHUK, Johana
ROSSO, Priscila
SARANGO, Jennifer

2°B San Carlos Borromeo

CRUZ PRIETO, David
FALCON, Nicolas
JULIANO, Nicolas
KIZNIS, Martin
PROCOPIO, Lucas
SACCO, Juan Diego
AGUILERA, Cinthia
AGUIRRE, Andrea
ALEXANDER, Florencia
ALMARAZ, Analia
AMISTADI, Ivanna
CARADORA, Nadia
D URZO, Alejandra
DAVILA MARCONI, Vanesa
GUARDIA, Melina
PUGLIESE, Carina
QUADRIO, Melisa
QUISPE, Laura
ROMERO, Daiana
TURCO, Amira
ZARATE DAPENA, Yamila

3°A San Carlos Borromeo

ALDONATI, Lucas
ALVARENGA, Ricardo
BLAS, Leandro
CARUSO, Ezequiel
CASTILLO, Cristian
FINOCCHIETTI, Exequiel
PORTILLO, Mauricio
TOZZI, Rodrigo
TRINIDAD, Alan
ABRAMOWICZ, Gabriela
ALMADA, Florencia
APECECHEA, Nahir
ARGAÑARAZ, Andrea
BEITONE, Fernanda
BOLOGNINI, Melody
CASTELLANO, M. Eugenia
DENTI, ANGIE
DENTI, Yamila
ECHAURI, Ayelen
FLORES, Graciela
JOSE, Romina
MEDINA, Daiana
OVIEDO, Sheila
ROSALES, Micaela
SVRIZ, Antonella
SVRIZ, Evelyn

1°A San Carlos Borromeo

Benitez, Diego
Biscussi, Sebastian
Corlito, leandro
Corrado, Daniel
Federiconi, Nicolás
Gaya, Ignacio
Irigoyen, Brian
Lopez, Juan
Medina, Emanuel
Rinaldi, Mauro
Rinaldo, Vito
Trecarichi, Julián
Ventura, Julián
Abella Rivero, Milena
Alfaro Prado, Victoria
Ase, Leila
Barros, Daniela
Chavez, Silvana
Claros, Lorena
Escalante, Florencia
Fumaneri, Daiana
García, Micaela
García Choque, Mayra
Huczek, Agostina
Lencina, Jesica
Leopaldi, Rocío
Luciano, Florencia
Masia, Milena
Monrroy Barci, Melina
Morel, Natalia
Müler, Micaela
Paladino, Ana Laura
Parrera, Erika
Ponce, Florencia
Scandora, Jesica
Soria, Florencia
Varchione, Aldana
Vietri, Florencia
Zavaglia, Antonella

1°B San Carlos Borromeo

Agüero, Gastón
Baptista, Alan
Bogado, Sebastián
Córdoba, Agustín
Correa, Leandro
Deleon, Matías
Di Bella, Juan Cruz
Disisto, Daniel
Falcone, Guido
Fernandez Baque, Maximiliano
García Ferro, Alejo
Hegoburu, Martín
Hernández Bobarín, Sergio
Jesús, Leandro
Juliano, Tomás
Lopez, Diego
Morillas Diaz, Cristian
Rodriguez Tapia, Diego
Torrilla, Facundo
Tucci, Federico
Arana Valero, Shirly
Benitez, Macarena
Casabona Saravia, Dafne
Cimadoro Nargang, Camila
Fariña, Guadalupe
Ferrua, Melisa
Flores Rojas, Tamara
Malvagni, Micaela
Marani, Yanina
Mira, Micaela
Narducci, Eliana
Perez, Erika
Piris, Bárbara
Pistoia, Carolina
Sain, Luciana
Segura, Nicole
soarez de Castro, Jesica
Valdez, Natalia

2°A San Carlos Borromeo

TP N° 10

PREGUNTAS:
- Leer el texto http://textosycolegios.blogspot.com/2009/05/de-que-sirve-el-profesor.html y responder:
1) ¿En qué consiste la impertinencia de la que habla el autor?
2) Por qué el autor dice que la del alumno es una verdad a medias?
3) Reflexionar: qué quiere demostrar el autor mostrando la diferencia entre los saberes de sus padres, de él mismo y de sus hijos?
4) ¿Cuál es el deber de la escuela respecto a los mensajes de los medios masivos (diarios, revistas, tv)
5) ¿Qué cosas, según el autor, no puede decir internet?
6)¿Cuál es, para el autor, la diferencia entre los que han cursado estudios regularmente y los que no?
7)¿Cuál es el problema dramático con los profesores? ¿Cómo puede resolverse?
8) ¿Cuál es el principal saber que debe brindar la escuela? ¿Cuáles serían, según el autor, las consecuencias de que la escuela no brinde ese saber?