miércoles, 19 de diciembre de 2007

La Lucha de Clases

La historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestros días es la historia de las luchas de clases.
Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos, maestros y oficiales, en una palabra: opresores y oprimidos se enfrentaron siempre, mantuvieron una lucha constante, velada unas veces y otras franca y abierta; lucha que terminó siempre con la transformación revolucionaria de toda la sociedad o el hundimiento de las clases beligerantes.
En las anteriores épocas históricas encontramos casi por todas partes una completa división de la sociedad en diversos estamentos, una múltiple escala gradual de condiciones sociales. En la antigua Roma hallamos patricios, caballeros, plebeyos y esclavos; en la Edad Media, señores feudales, vasallos, maestros, oficiales y siervos y, además, en casi todas estas clases todavía encontramos gradaciones especiales.
La moderna sociedad burguesa, que ha salido de entre las ruinas de la sociedad feudal, no ha abolido las contradicciones de clase. Únicamente ha sustituido las viejas clases, las viejas condiciones de opresión, las viejas formas de lucha por otras nuevas. Nuestra época, la época de la burguesía, se distingue, sin embargo, por haber simplificado las contradicciones de clase. Toda la sociedad va dividiéndose, cada vez más, en dos grandes campos enemigos, en dos grandes clases, que se enfrentan directamente: la burguesía y el proletariado.
La moderna sociedad burguesa que floreció sobre las ruinas de la sociedad feudal no terminó con los antagonismos de clase. Todo lo que hizo fue establecer nuevas clases, nuevas condiciones de opresión, nuevas formas de lucha en lugar de las antiguas. Nuestra época, la época de la burguesía, posee, sin embargo, este rasgo distintivo: ha simplificado tales antagonismos. La sociedad en su conjunto se divide cada vez más en dos grandes bandos hostiles, en dos grandes clases enfrentadas directamente: la burguesía y el proletariado.
La burguesía, en el transcurso de un siglo escaso de dominio, ha creado fuerzas productivas más colosales y sólidas que todas las generaciones precedentes juntas.
El desarrollo del proletariado industrial está, en general, condicionado por el desarrollo de la burguesía industrial. Sólo bajo su imperio el proletariado conquista esta existencia nacional amplia que puede proyectar su revolución al plano nacional, y crea por sí mismo los medios modernos de producción, que constituyen otros tantos medios de emancipación revolucionaria. Únicamente este dominio burgués desbarata las raíces materiales de la sociedad feudal y nivela el terreno, sentando las bases imprescindibles para una revolución proletaria.

Marx, C y Engels, F., Manifiesto del Partido Comunista

0 comentarios: