jueves, 9 de julio de 2009

Cultura

“Tanto el problema como el interés de la sociología de la cultura pueden percibirse de inmediato en la dificultad implícita de su término aparentemente definitorio: ´cultura´. (…). Este término empieza por designar un proceso –la cultura (cultivo) de granos o (cría y alimentación) de animales, y por extensión la cultura (cultivo activo) de la mente humana- y, a finales de l siglo XVIII, especialmente en alemán y en inglés, acaba por designar una configuración o generalización del ´espíritu´ que conformaba ´todo el modo de vida´ de un pueblo en particular. Herder (1784-1791) utilizó por primera vez el significativo plural, ´culturas´, para distinguirlo deliberadamente de cualquier sentido singular, o como diríamos ahora, unilineal, de ´civilización´. El amplio término pluralista fue, por lo tanto, especialmente importante en el desarrollo de la antropología comparada del siglo XIX, la cual ha continuado designando una forma de vida completa y diferenciada.
Pero además se plantean preguntas fundamentales acerca de la naturaleza de los elementos formativos o determinantes que producen estas culturas diferenciadas. Las respuestas alternativas a estas preguntas han producido una serie de significados efectivos, tanto dentro de la antropología como, por extensión, a partir de ella: desde la antigua insistencia en un ´espíritu conformador´ -ideal, religioso o nacional- hasta un énfasis más moderno en una ´cultura vivida´, la cual ha sido primariamente determinada por otros procesos sociales, ahora diversamente designados, a menudo formas particulares de orden político o económico. En las tradiciones intelectuales alternativas y enfrentadas que han surgido de este espectro de respuestas, la ´cultura´, en sí misma, oscila, por tanto, entre una dimensión de referencia significativamente total y otra confiadamente parcial.
Mientras tanto, en su uso más general, se produce un intenso desarrollo del sentido de ´cultura´ como cultivo activo de la mente. Podemos distinguir una gama de significados que va: desde 1) un estado desarrollado de la mente, como en el caso de ´una persona con cultura´, ´una persona culta´; hasta 2) los procesos de este desarrollo, como es el caso de los ´intereses culturales´ y las ´actividades culturales´; y 3) los medios de estos procesos, como ´las artes´ y ´las obras humanas intelectuales´ en la cultura.
Este último es el significado general más común en nuestra propia época, aunque todos se utilizan. Coexisten, a veces incómodamente, con el uso antropológico y el sociológico –éste, sumamente extendido—que indica ´todo el modo de vida´ de un pueblo diferenciado o de algún otro grupo social.”
Vanesa Bouza Sociología
Williams, Raymond, “Hacia una sociología de la cultura”, en Cultura. Sociología de la comunicación y del arte, Barcelona, Paidos, 1981.

0 comentarios: