domingo, 22 de abril de 2007

MEDIATIZACIÓN DE LA INFORMACIÓN + INTERESES CREADOS...

por Valeria Sambucari *


Una idea que circula en el imaginario actual es la de la de la influencia de los medios sobre la opinión del público. Paradójicamente no es muy común que se hable en términos claros sobre el origen real de esta influencia, que linda la mayoría de las veces con la manipulación.
Los medios masivos de comunicación influyen activamente en la “ideología” de las personas, en su forma de pensar y de actuar frente al mundo, en tanto que mediatizan la información que éstas reciben. Esta mediación entre información y recepción es indiscutible: los medios están imposibilitados de mostrar al mundo tal cual es, de relacionarse linealmente con la realidad. Se valen entonces de la representación (nueva presentación de algo), la cual implica siempre una selección de aspectos dentro de la totalidad que constituye la realidad de lo que se va a presentar. Un determinado enfoque de cámara, la omisión de alguna información o el orden en que son presentadas una serie de noticias son ejemplos simples de esta mediatización. Quizá no esté de más aclarar que la selección jamás es inintencionada; por el contrario, está cargada de valoraciones que los medios -más precisamente quienes los manejan- quieren imprimir en los destinatarios.
Esta situación se acentúa a partir del fenómeno de formación de multimedios, que concentran la propiedad de los medios comerciales de mayor audiencia en manos de unas pocas megacompañías; sin dejar de lado las relaciones que sus dueños puedan mantener con los gobiernos o los poderes políticos. De este orden de cosas se deduce que el derecho a la información se ha falseado, entre otras cosas, por la falta de pluralismo informativo que garantice la democracia necesaria en la recepción de información, para obtener una perspectiva más amplia de la realidad.
Otro hecho decisivo en la selección de la información que se da a conocer (y es necesario que haga hincapié en la palabra selección, en pos de recordar que implica ésta la exaltación de ciertos elementos en detrimento de otros) es la publicidad. El economista canadiense Dallas Smythe sostiene que la verdadera mercancía de los medios no es su programación sino su audiencia. Es por medio de la publicidad que los medios venden su público a los anunciantes, y, obviamente, cuanto más público tiene un programa, más anunciantes atraerá. En consecuencia los medios emprenden un proceso de banalización de la información (Pierre Bourdieu, 1996), en tanto que ésta es homogeneizada y despolitizada, que evita plantear problemáticas que puedan generar polémicas relevantes, que elude cualquier cosa que divida o excluya público, y, sobre todo, “que deja intactas las estructuras mentales” (Bourdieu, 1996).
De lo que se ha hablado puede inferirse fácilmente que los medios y sus mensajes están a cargo de las clases dominantes, a pesar de lo cual algunas teorías como la de los Estudios Culturales de Birmingham aseguran que éste no constituye un poder de manipulación; depositan éstos su fe en el receptor activo y en la negociación de los significados dominantes entre el texto y dichos receptores. Ahora, si bien es cierto que la lectura de los mensajes nunca es absolutamente lineal por parte de los receptores, me pregunto hasta qué punto un destinatario común y ordinario puede negociar el significado de un mensaje construido estratégicamente para hacerle percibir las cosas de tal o cual forma en lugar de tal o cual otra; destinatario que seguramente no cuenta con las herramientas necesarias que decodifiquen tan fácilmente las intenciones finales del mensaje, y cuyas competencias y características ya han sido tomadas en cuenta previamente por su emisor a la hora de construir el texto.
A mi entender la supuesta negociación será, en la gran mayoría de los casos, prácticamente nula o alcanzará aspectos irrelevantes a la hora de resistirse u oponerse total o parcialmente al mensaje dominante desde la interpretación, que es el fin último que debería ocupar a dicha negociación. Por el contrario, creo que los medios masivos de comunicación influyen a tal punto en las opiniones de su público que han anulado el ánimo crítico y participativo de éste, estableciendo una situación de, como mucho, aceptación o rechazo de las estructuras predigeridas por ellos que se entregan para ser felizmente tragadas.

* Valeria Sambucari es estudiante de Psicología y egresada 2006 del Instituto San Carlos Borromeo.

4 comentarios:

Anonymous dijo...

Profe va a poner todos los trabajos que le hicimos.Gaby

Laura Catanzariti dijo...

Qué cosa tan magnífica ;), jaja muy buena la nota de opnión, lo tenía que expresar públicamente.

Saludos para Vane y Vale.

Anonymous dijo...

interesante texto...
creo que si ella logro formar un texto asi es porque tuvo una buena educación....de mas esta decir que la ´´buena educacion´´ no significa sentarce y copiar lo que el profesor enseña....sino masticar y compartir los ideales y contenidos entre el educador y el destinatario....tambien creo que hay, en el texto, mucho de su potencial individual.
saludos...
y abrazos. TALO.

Anonymous dijo...

Comparto mi opinion con todos los que dejaron su mensaje (con el primero no,no tenia nada que ver) y apovecho para profe para dejarte saludos (aunque tampoco tenga mucho que ver)

Besos

Paula Florencia Corradini