sábado, 19 de mayo de 2007

Mercado y Cultura

por Laura Catanzariti *


Una de las discusiones más frecuentes entre los académicos en los últimos años tiene que ver con el cuestionamiento de cómo influye el mercado en el arte y la cultura. En este texto se comparará la postura del sociólogo y profesor francés Pierre Bourdieu[1], en el artículo “Más ganancias y menos cultura”, y la del profesor en ciencias políticas del Instituto de Estudios Políticos, Vincent Tournier, en “El mercado hace cultura”. Estos dos autores se confrontan. El primero sostiene que el mercado y la búsqueda de ganancia contribuyen a la muerte de la cultura, mientras que, el segundo afirma que el mercado tiende a la democratización de la misma.

En primer término, el contraste de posturas se nota en la finalidad que tiene cada uno con respecto a los productos culturales. Por un lado, Bourdieu sostiene que el comercio es antagónico con lo que se entiende universalmente con cultura. Para esto pone como ejemplos lo que ocurre con diversos productos culturales o artísticos diciendo que sólo se busca la máxima ganancia a corto plazo: “con el rating en el caso de la televisión, el éxito de venta en el del libro –y muy evidentemente, el diario-, el número de entradas vendidas en el de la película”. Por el otro lado, Vincent Tournier afirma que el objeto de estos productos es expresar los valores y las referencias universales, tocando problemáticas y registros simbólicos que son reconocidos por la gran mayoría, como es en el caso de lo ocurrido con la cultura cinematográfica estadounidense contemporánea. Es decir que su éxito no es causado por “la búsqueda de ganancia a corto plazo”, como sostiene el sociólogo francés.
En segundo lugar, Bourdieu coincide con lo que decía Ernst Gombrich: “se destruyen las condiciones ecológicas del arte” y afirma que “la cultura y el arte no tardan en morir”. Como prueba, muestra lo ocurrido con el cine italiano. Dice que fue uno de los mejores y que murió por falta de difusión. Del mismo modo, cita al pintor del Quattrocento quien debía luchar con sus clientes para que sus obras no sean tratadas como un “simple producto” y el “el arte no se reduzca en una mercancía”. Con respecto a esta reducción del arte, él sostiene que los universos sociales son los que corren riesgos porque la obra produce un retroceso en el cual el resultado es una larga involución.
Por otra parte, Tournier asevera que mediante la aceptación de estos productos culturales en el mercado se pueden ver las preferencias promedio del público masivo. Y dice que, de esta manera, se deja de preservar un “medio social concebido para las elites cultivadas”.
Para continuar dice: “(...) tanto en el campo político, como en el cultural, aunque el modelo liberal diste de ser perfecto, siempre es mejor que los demás.” Afirma que pensar que el mercado sólo contribuye a la búsqueda de máxima ganancia es una forma de preconizar la preservación de un mundo que en el fondo es “un lugar de expulsión social, de privilegios, y prebendas.”
Finalmente, estos dos autores no están de acuerdo. Por un lado se evalúa peyorativamente la contribución del mercado en la cultura y por el otro se entiende que ésta es una forma de democratización. Pero, en definitiva, la relación entre mercado y cultura, de una u otra forma, es simbiótica.

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Laura Catanzariti es estudiante de Ciencias de la Comunicación y egresada 2006 del Instituto San Carlos Borromeo.

Bibliografía:
§
Bourdieu, Pierre. “Más ganancias, menos cultura”. Diario Clarín, Buenos Aires, 1999.
§
Tournier, Vincent. “El mercado hace cultura”. Diario Clarín, Buenos Aires, 1999.

[1] En su trabajo empírico destaca especialmente toda su labor de crítica de la cultura, mostrando que la distinción cultural no es más que una
forma encubierta de dominación, a la que denominó complicidad ontológica entre el campo y el habitus. Esta crítica no le lleva al cinismo ante las manifestaciones de la alta cultura, sino a considerar que todos deberían tener igual acceso a la misma
. (http://es.wikipedia.org/wiki/Pierre_Bourdieu)