lunes, 30 de abril de 2007

ATENCIÓN:

Para los alumnos de escuelas estatales (de ustedes sólo refiero a los de E.E.Media N°7), en los próximos días se abrirá la inscripción a los CURSOS DE APOYO AL POLIMODAL (o de Articulación entre el nivel Medio y Universitario).

Los encuentros serán en mayo y junio, y se llevarán a cabo en varios colegios del Conurbano Bonaerense. En los mismos se les otorga a quienes asistan el material de trabajo y certificados de asistencia.
Les recomiendo ir porque son "aulas-taller" en las que se va delineando una manera global de leer textos y escribir sobre diversos temas.

Sería especialmente interesante que asistieran aquellas que han sido madres hace poco y perdieron el "ritmo mental" requerido para estudiar, leer y escribir. Esto les ayudaría a terminar este último año de Colegio, y un ingreso a la Universidad sin sobresaltos.
Yo voy a estar, seguramente, en la Media N°10 de Loma Hermosa, así que pueden ir a esa sede (o a cualquier otra, ya que es lo mismo.).
Quienes deseen inscribirse deberán hacerlo desde la Dirección del colegio al que asisten actualmente (O sea: ¡pídanle la planilla a Carlos!).
Saludos.
Vanesa Bouza.-

miércoles, 25 de abril de 2007

La separación consumada

"Y sin duda nuestro tiempo... prefiere la imagen a la cosa, la copia al original, la representación a la realidad, la apariencia al ser... lo que es 'sagrado' para él no es sino la ilusión, pero lo que es profano es la verdad. Mejor aún: lo sagrado aumenta a sus ojos a medida que disminuye la verdad y crece la ilusión, hasta el punto de que el colmo de la ilusión es también para él el colmo de lo sagrado."
FEUERBACH, prefacio a la segunda edición de La esencia del Cristianismo.

1
Toda la vida de las sociedades en las que dominan las condiciones modernas de producción se presenta como una inmensa acumulación de espectáculos.
Todo lo directamente experimentado se ha convertido en una representación.

2
Las imágenes que se han desprendido de cada aspecto de la vida se fusionan en un curso común, donde la unidad de esta vida ya no puede ser restablecida. La realidad considerada parcialmente se despliega en su propia unidad general en tanto que seudo-mundo aparte, objeto de mera contemplación. La especialización de las imágenes del mundo se encuentra, consumada, en el mundo de la imagen hecha autónoma, donde el mentiroso se miente a sí mismo. El espectáculo en general, como inversión concreta de la vida, es el movimiento autónomo de lo no-viviente.

3
El espectáculo se muestra a la vez como la sociedad misma, como una parte de la sociedad y como instrumento de unificación. En tanto que parte de la sociedad, es expresamente el sector que concentra todas las miradas y toda la conciencia. Precisamente porque este sector está separado es el lugar de la mirada engañada y de la falsa conciencia; y la unificación que lleva a cabo no es sino un lenguaje oficial de la separación generalizada.

4
El espectáculo no es un conjunto de imágenes, sino una relación social entre personas mediatizada por imágenes.

5
El espectáculo no puede entenderse como el abuso de un mundo visual, el producto de las técnicas de difusión masiva de imágenes. Es más bien una Weltanschauung[1] que ha llegado a ser efectiva, a traducirse materialmente. Es una visión del mundo que se ha objetivado.

6
El espectáculo, comprendido en su totalidad, es a la vez el resultado y el proyecto del modo de producción existente. No es un suplemento al mundo real, su decoración añadida. Es el corazón del irrealismo de la sociedad real. Bajo todas sus formas particulares, información o propaganda, publicidad o consumo directo de diversiones, el espectáculo constituye el modelo presente de la vida socialmente dominante. Es la omnipresente afirmación de una opción ya efectuada en la producción, es su consumación consecuente. Forma y contenido del espectáculo son de modo idéntico la justificación total de las condiciones y de los fines del sistema existente. El espectáculo es también la presencia permanente de esta justificación, como ocupación de la parte principal del tiempo vivido fuera de la producción moderna.

7
La separación misma forma parte de la unidad del mundo, de la praxis social global que se ha escindido en realidad y en imagen. La práctica social, a la que se enfrenta el espectáculo atónomo, es también la totalidad real que contiene el espectáculo. Pero la escisión en esta totalidad la mutila hasta el punto de hacer aparecer el espectáculo como su objeto. El lenguaje espectacular está constituido por signos de la producción reinante, que son al mismo tiempo la finalidad última de esta producción.

8
No se puede oponer abstractamente el espectáculo y la actividad social efectiva. Este desdoblamiento se desdobla a su vez. El espectáculo que invierte lo real se produce efectivamente. Al mismo tiempo la realidad vivida es materialmente invadida por la contemplación del espectáculo, y reproduce en sí misma el orden espectacular concediéndole una adhesión positiva. La realidad objetiva está presente en ambos lados. Cada noción así fijada no tiene otro fondo que su paso a lo opuesto: la realidad surge en el espectáculo, y el espectáculo es real. Esta alienación recíproca es la esencia y el sostén de la sociedad existente.

9
En el mundo realmente invertido lo verdadero es un momento de lo falso.

10
El concepto de espectáculo unifica y explica una gran diversidad de fenómenos aparentes. Sus diversidades y contrastes son las apariencias de esta apariencia organizada socialmente, que debe ser a su vez reconocida en su verdad general. Considerado según sus propios términos, el espectáculo es la afirmación de la apariencia y la afirmación de toda vida humana, y por tanto social, como simple apariencia. Pero la crítica que alcanza la verdad del espectáculo lo descubre como la negación visible de la vida; como una negación de la vida que se ha hecho visible.

11
Para describir el espectáculo, su formación, sus funciones, y las fuerzas que tienden a disolverlo, hay que distinguir artificialmente elementos inseparables. Al analizar el espectáculo hablamos en cierta medida el mismo lenguaje de lo espectacular, puesto que nos movemos en el terreno metodológico de esta sociedad que se manifiesta en el espectáculo. Pero el espectáculo no es nada más que el sentido de la práctica total de una formación socio-económica, su empleo del tiempo. Es el momento histórico que nos contiene.

12
El espectáculo se presenta como una enorme positividad indiscutible e inaccesible. No dice más que "lo que aparece es bueno, lo que es bueno aparece". La actitud que exige por principio es esta aceptación pasiva que ya ha obtenido de hecho por su forma de aparecer sin réplica, por su monopolio de la apariencia.

13
El carácter fundamentalmente tautológico del espectáculo se deriva del simple hecho de que sus medios son a la vez sus fines. Es el sol que no se pone nunca sobre el imperio de la pasividad moderna. Recubre toda la superficie del mundo y se baña indefinidamente en su propia gloria.

14
La sociedad que reposa sobre la industria moderna no es fortuita o superficialmente espectacular, sino fundamentalmente espectaculista. En el espectáculo, imagen de la economía reinante, el fin no existe, el desarrollo lo es todo. El espectáculo no conduce a ninguna parte salvo a sí mismo.

15
Como adorno indispensable de los objetos hoy producidos, como exponente general de la racionalidad del sistema, y como sector económico avanzado que da forma directamente a una multitud creciente de imágenes-objetos, el espectáculo es la principal producción de la sociedad actual.

16
El espectáculo somete a los hombres vivos en la medida que la economía les ha sometido totalmente. No es más que la economía desarrollándose por sí misma. Es el reflejo fiel de la producción de las cosas y la objetivación infiel de los productores.

17
La primera fase de la dominación de la economía sobre la vida social había implicado en la definición de toda realización humana una evidente degradación del ser en el tener. La fase presente de la ocupación total de la vida social por los resultados acumulados de la economía conduce a un deslizamiento generalizado del tener al parecer, donde todo "tener" efectivo debe extraer su prestigio inmediato y su función última. Al mismo tiempo toda realidad individual se ha transformado en social, dependiente directamente del poder social, conformada por él. Solo se permite aparecer a aquello que no existe.

18
Allí donde el mundo real se cambia en simples imágenes, las simples imágenes se convierten en seres reales y en las motivaciones eficientes de un comportamiento hipnótico. El espectáculo, como tendencia a hacer ver por diferentes mediaciones especializadas el mundo que ya no es directamente aprehensible, encuentra normalmente en la vista el sentido humano privilegiado que fue en otras épocas el tacto; el sentido más abstracto, y el más mistificable, corresponde a la abstracción generalizada de la sociedad actual. Pero el espectáculo no se identifica con el simple mirar, ni siquiera combinado con el escuchar. Es lo que escapa a la actividad de los hombres, a la reconsideración y la corrección de sus obras. Es lo opuesto al diálogo. Allí donde hay representación independiente, el espectáculo se reconstituye.

19
El espectáculo es el heredero de toda la debilidad del proyecto filosófico occidental que fue una comprensión de la actividad dominada por las categorías del ver, de la misma forma que se funda sobre el despliegue incesante de la racionalidad técnica precisa que parte de este pensamiento. No realiza la filosofía, filosofiza la realidad. Es vida concreta de todos lo que se ha degradado en universo especulativo.

20
La filosofía, en cuanto poder del pensamiento separado, no ha podido nunca superar por sí sola la teología. El espectáculo es la reconstrucción material de la ilusión religiosa. La técnica espectacular no ha podido disipar las nubes religiosas donde los hombres situaron sus propios poderes separados: sólo los ha religado a una base terrena. Así es la vida más terrena la que se vuelve opaca e irrespirable. Ya no se proyecta en el cielo, pero alberga en sí misma su rechazo absoluto, su engañoso paraíso. El espectáculo es la realización técnica del exilio de los poderes humanos en un más allá; la escisión consumada en el interior del hombre.

21
A medida que la necesidad es soñada socialmente el sueño se hace necesario. El espectáculo es la pesadilla de la sociedad moderna encadenada que no expresa finalmente más que su deseo de dormir. El espectáculo vela ese sueño.

22
El hecho de que el poder práctico de la sociedad moderna se haya desprendido de ella misma y se haya edificado un imperio independiente mediante el espectáculo sólo puede explicarse por el hecho de que esta práctica poderosa seguía careciendo de cohesión y había quedado en contradicción consigo misma.

23
Es la más vieja especialización social, la especialización del poder, la que se halla en la raiz del espectáculo. El espectáculo es así una actividad especializada que habla por todas las demás. Es la representación diplomática de la sociedad jerárquica ante sí misma, donde toda otra palabra queda excluida. Lo más moderno es también lo más arcaico.

24
El espectáculo es el discurso ininterrumpido que el orden presente mantiene consigo mismo, su monólogo elogioso. Es el autorretrato del poder en la época de su gestión totalitaria de las condiciones de existencia. La apariencia fetichista de pura objetividad en las relaciones espectaculares esconde su índole de relación entre hombres y entre clases: una segunda naturaleza parece dominar nuestro entorno con sus leyes fatales. Pero el espectáculo no es ese producto necesario del desarrollo técnico considerado como desarrollo natural. La sociedad del espectáculo es por el contrario la forma que elige su propio contenido técnico. Aunque el espectáculo, tomado bajo su aspecto restringido de "medios de comunicación de masa", que son su manifestación superficial más abrumadora, parece invadir la sociedad como simple instrumentación, ésta no es nada neutra en realidad, sino la misma que conviene a su automovimiento total. Si las necesidades sociales de la época donde se desarrollan tales técnicas no pueden ser satisfechas sino por su mediación, si la administración de esta sociedad y todo contacto entre los hombres ya no pueden ejercerse si no es por intermedio de este poder de comunicación instantánea, es porque esta "comunicación" es esencialmente unilateral; de forma que su concentración vuelve a acumular en las manos de la administración del sistema existente los medios que le permiten continuar esta administración determinada. La escisión generalizada del espectáculo es inseparable del Estado moderno, es decir, de la forma general de la escisión en la sociedad, producto de la división del trabajo social y órgano de la dominación de clase.

[1] Weltanschauung: una filosofía particular de la visión de la vida, una concepción del mundo, que se deriva del aleman Welt (mundo) y Anschauung (percepción).

Debord, Guy: Capítulo I. La Separación Consumada (fragmento), en La Sociedad del Espectáculo, 1967.

martes, 24 de abril de 2007

Representación y creación de estereotipos

Una preocupación central del estudio de los medios de comunicación (los “medios”, de aquí en adelante) es el tema de representación. Esta preocupación existe porque los medios no enseñan ni pueden mostrar el mundo tal como es. Si los medios fuesen solamente una ventana abierta al mundo, capaz de presentar la realidad sin mediación alguna, no tendría sentido en absoluto hacerlos el objeto de estudio. Los medios y la vida real serían exactamente la misma cosa. Pero está claro que esto no es así. Cuando nos dan una fotografía en la que aparecernos nosotros, somos conscientes, inmediatamente, de que nosotros somos la persona de la fotografía y, a la vez, no lo somos -es un parecido paro no es la persona real-; la fotografía es una representación de uno mismo. Es decir, todos los textos visuales son representaciones -se parecen, más o menos, a las personas, lugares y sucesos que representan-. El término representación abarca un número de conceptos.
En primer lugar, abarca la idea de representación -presenta algo de nuevo-. Los medios representan personas reales y sucesos que jugaron y siguen jugando, posiblemente, un papel activo en el mundo real. No obstante, en el acto de presentar algo de nuevo, no todas las personas o todos los aspectos de un suceso pueden ser reproducidos por los medios. Debe haber una selección. Durante este proceso de selección, deben tomarse decisiones sobre quién y qué se va a mostrar; qué gente y qué sucesos, y cómo esta gente y estos sucesos serán presentados. Tales decisiones se basarán en una serie de criterios: su interés como noticia, la familiaridad del espectador, las convenciones, costumbres, su valor como entretenimiento, motivo, punto de vista, etc. Es importante tener conciencia que las selecciones no se hacen sin prejuicio y, consecuentemente, que las imágenes que resultan de tal proceso de selección tampoco están libres de prejuicio.
Segundo, el término en cuestión abarca la idea de que una representación es de algún modo algo representativo,- en otras palabras, que es algo típico o característico de la persona o grupo, representado. A menudo, lo que se pone en cuestión cuando se habla de imágenes en los medios, es hasta qué punto éstos nos presentan las imágenes como algo típico o representativo de un grupo. Cuando una serie limitada de símbolos se representan repetidamente como algo típico del grupo, pasamos a la cuestión de la creación de los estereotipos. Esto es una consideración política y social importante para muchos grupos: ¿representan los medios al ama de casa como la mujer típica de todas las mujeres? ¿El uso de la droga como típico de la juventud? ¿El hurto corno típico de los gitanos? O como sucede en mi cultura, ¿el consumo de alcohol como comportamiento típico de los aborígenes?
La tercera idea que la palabra representación abarca es la que considera que una imagen «representa» algo en el sentido de que habla por un grupo. Por ejemplo, nuestro representante político local nos representa en el Parlamento, es decir, vemos cómo habla por nosotros. Muchas imágenes que vemos en los medios bien podrían interpretarse erróneamente como algo que habla por parte de un grupo. Cuando vemos cualquier imagen, debemos preguntar: ¿Quién habla aquí?Debemos preguntar si la imagen que nos presentan es la misma que el grupo hubiese elegido para representarse a sí mismo o si fue elegida por otros. En el caso de la propaganda, la respuesta es relativamente simple. Habla el que hace la propaganda y éste selecciona, sencillamente, la imagen como vehículo para vender el producto. El asunto es más complejo cuando se trata de imágenes de grupos minoritarios o de imágenes que no son comerciales. Entonces la pregunta debe ser: ¿Quién decide quién habla por quién?
El cuarto significado del término representación se aclara con la pregunta: ¿Qué representa la imagen para mí? Aquí se hace prominente el tema de la interpretación del espectador. No todo el mundo comprende las imágenes de manera idéntica. Nuestro sexo, raza, cultura, política y experiencia de la vida nos hace ver el mundo de un modo diferente. Por lo tanto, es bien probable que no todos interpretemos idénticamente una imagen. En Gran Bretaña, por ejemplo, salió a la calle un anuncio de un coche de la fábrica Fiat que, lucía el siguiente eslogan publicitario: «Si este coche fuera una dama te pellizcarías el trasero». Debajo de estas palabras, alguien escribió: “Si esta dama fuese un coche te atropellaría”.
Este graffiti es un ejemplo simple de algo que puede interpretarse diferentemente.
Así, pues, aunque la mayor parte de imágenes llevan instrucciones explícitas de cómo deben ser interpretadas a través del uso de palabras o de la voz de un locutor, no se puede asegurar una interpretación predeterminada por parte del público.
Antes de examinar cómo podemos tratar algunos de estos temas en clase, quiero resumir los motivos por los cuales el acto de representación es un concepto tan importante en el estudio de los medios: dicho acto proporciona preguntas claves sobre qué puede decirnos una imagen acerca del mundo; preguntas sobre puntos de vista distintos, de quién elige las representaciones y que opinión ofrecen éstas; preguntas de poder: ¿quién habla y por parte de quién se habla? Preguntas, también, sobre el público y cómo éste interpreta las imágenes.
Este artículo pretende explorar algunos de estos temas, haciendo resaltar los estereotipos que los medios divulgan.
El estudio de estereotipos en los medios es un modo útil de estudiar el nexo entre imagen e ideología. Los estereotipos indican qué consideramos típico o característico de un grupo y nos ofrecen ejemplos concretos y accesibles de la ideología en la práctica. Cuando examinamos estereotipos de categorías sociales como las mujeres, los jóvenes, los ancianos y grupos étnicos en los medios, analizamos costumbres culturales que tienen ramificaciones políticas y sociales significantes.
El enfoque que adopto en este trabajo hace énfasis en diversos aspectos del significado y la función del estereotipo. Una pregunta indispensable es: ¿quién se beneficia mediante el uso de estereotipos negativos de determinados grupos sociales? Por necesidad, me hago servir de ejemplos de mi cultura, pero espero que puedan aplicar las ideas a la representación de grupos sociales en su propia cultura.
La naturaleza y función del estereotipo
Un estereotipo, según uso el término en este trabajo, se define -de la siguiente manera. Primero, un estereotipo es una representación repetida frecuentemente que convierte algo complejo en algo simple. Es un proceso reduccionista que suele causar, a menudo, distorsión. porque depende de su selección, categorización y generalización, haciendo énfasis en algunos atributos en detrimento de otros.
Segundo, los estereotipos son conceptos de un grupo, lo que un grupo piensa de otro. Son algo que comparte un grupo existiendo consenso acerca de su contenido. Dado que el estereotipo es una manera de categorizar y describir a un grupo, cualquier estereotipo es predominantemente evaluativo. La función del estereotipo es justificar la conducta del grupo que cree en él en relación al grupo que se valora. Esto explica la «naturalidad» de los estereotipos: parecen naturales y obvios porque casi todo el mundo comparte el conocimiento de su existencia.
Tercero, los estereotipos, a través de la simplificación y la generalización, nos permiten organizar información sobre el mundo. Sirven para establecer marcos de referencia y- maneras de orientar nuestras percepciones. El estereotipo funciona a modo de sistema cognitivo selectivo para organizar nuestro pensamiento.
Cuarto, los estereotipos son a la vez ciertos y falsos. Las características que se seleccionan para categorizar a un grupo social no se inventan, sino que se escogen de una lista enorme de posibilidades. La selección en sí se basa en una serie de prejuicios sobre el grupo. La veracidad del estereotipo yace en la selección de las características; su falsedad yace en la distorsión que resulta al seleccionar determinados rasgos característicos que se aceptan como rasgos representativos del grupo.
Muy a menudo, los estereotipos se crean como respuesta a una amenaza, una amenaza percibido, por lo menos, contra el grupo dominante social. Para explicar esta observación, tomo como ejemplo la formulación de un antiguo estereotipo de las gentes indígenas australianas: los aborígenes.
Australia era una colonia que fue poblada por inmigrantes blancos británicos a principios de la octava década del siglo pasado. Las normas sociales de los primeros colonos libres eran, principalmente, las de la clase media baja de una sociedad liberal y capitalista sometida a la gran influencia del pensamiento católico irlandés y a la filosofía no conformista de Wowser. En esa época se exaltaban las virtudes del trabajo, las posesiones materiales, el comercio y la familia como unidad social.. La cultura del aborigen no valoraba la competición, la ganancia económica, el progreso o el trabajo. Los sistemas de valores de ambos grupos, no obstante, tenían en común su dependencia de la tierra. Para los colonos, el progreso significaba la adquisición de tierra, cosa muy esencial para su sustento. La tierra era igualmente imprescindible para el sustento y organización social de los aborígenes. El aborigen amenazaba el progreso material del colono y defendía su tierra con el uso de las armas. Esta, amenaza suscitó una reacción dura y de índole racista en los medios de información de aquellos tiempos, una reacción que reflejaba, en parte, el punto de vista de los blancos y que, en parte, contribuyó a formular el mismo.
Las citas que siguen (tomadas de «Racism and the Press», en Racism: The Australian Fxperience, vol. 1, Sydney and New Zealand Book, 2ª edición, pág. 152, 1974) prueban que la reacción de los medios de comunicación creó el estereotipo del salvaje violento:
Está claramente comprobado por experiencia fatal y sanguínea que, como no se extermine o se quite del medio al negro, toda esperanza de que éste cese su agresión es algo sumamente absurdo. Toda la conciliación, toda merced -toda bondad-, todos los ruegos y esfuerzos que hemos mostrado para procurar que estas infelices tribus comprendan los beneficios de la civilización no han servido para nada; su única respuesta ha sido recurrir a la matanza y al saqueo, con la obvia determinación de exterminar a todo blanco de tal manera (Hobart Toum Colonial Advocate, 1 de mayo, 1828).
A juzgar por las salvajadas que desde hace mucho tiempo el aborigen comete contra el colono, podríamos pensar que son los colonos europeos, no los aborígenes, quienes necesitan «Protectores»... No hace muchos días, conversamos con un caballero que tiene tierra y ganado un poco más lejos de los límites fronterizos de esta colonia, con la sanción del gobierno... : Éste nos contaba que está en su derecho al asegurarnos que dispararía contra los aborígenes como si fueran fieras salvajes si los sorprendía robando o cazando sus ovejas o vacas con lanzas. (Herald, 1837.)
Protejan al colono blanco y a su familia del peligro de los puercos y brutales caníbales de Nueva Holanda. Les aconsejamos a los colonos que se protejan a sí mismos, ya que el gobierno no se esfuerza suficientemente para protegerlos; y si el salvaje feroz se propone saquear o destruir su propiedad o matarlos a ustedes, o a su familia, o a sus criados, haga con él lo que haría con cualquier ladrón o asesino blanco: MATENLO A BALAZOS. (Sydng Thunderer, 14 de noviembre, 1839.)
Es decir, la fuerza de un estereotipo, su acogimiento y uso como concepto comunicativo, se mide en relación directa al grado en que éste es percibido por sus oyentes corno representación válida de la realidad. El estereotipo del salvaje violento es erróneo en el sentido que toda generalización simplificada no toma en cuenta las diferencias que existen entre diversos grupos. Sin embargo, el estereotipo del salvaje violento, propagado por los medios es percibido como válido por el público porque está arraigado en la realidad objetiva observable: las condiciones materiales y sociales de los aborígenes. El grupo desplazado, los aborígenes, luchó contra los invasores para defender su derecho: su tierra, la cual significaba para ellos su único modo de supervivencia. La condición material es la falta y necesidad de tierra que tiene el aborigen; la situación social es, su resistencia armada contra el colono blanco. Su condición social es el resultado directo de su condición material. Los medios evalúan negativamente esta condición y describen a los aborígenes peyorativamente como salvajes violentos. Tal evaluación peyorativa se convierte entonces en una característica innata del grupo y se ignoran las causas históricas de dicha condición. Los aborígenes son vistos como asesinos violentos, incapaces de apreciar los beneficios de la civilización que está destruyendo su modo de vida y de supervivencia. Esta característica innata, la de salvaje violento, es presentada por los medios como la causa de su condición en vez de su efecto. En otras palabras, se piensa que el aborigen no tiene tierra porque es un salvaje violento que se merece, por tanto, su suerte. Con la inversión de la causa y efecto, la representación por medio del estereotipo puede «comprobarse» como algo cierto y así se justifica ésta. Tal proceso de identificación de una condición social, su evaluación negativa, su acogimiento como característica innata y negativa y, finalmente, la inversión de la causa y efecto es lo que Perkins identifica como una parte instrumental de todo estereotipo. El proceso es dinámico porque las condiciones sociales cambian y, consecuentemente, el estereotipo se modifica de acuerdo al cambio.
El identificar el proceso de cómo se crean los estereotipos no explica por qué se crean los estereotipos. En este caso, el estereotipo del salvaje violento y atrasado funcionó para racionalizar el comportamiento del colono blanco. La filosofía de los colonos consistió en apoderarse de la tierra y usarla para que produjera; fue una filosofía que estaba en conflicto directo con los intereses de los dueños tradicionales: los aborígenes.
El proceso de crear un estereotipo de un grupo racial, de hacer la representación representativa, como hemos visto arriba, ha comenzado ya. Es imperativo saber cómo funciona este proceso para comprender la función ideológica del estereotipo y del papel que juega para lograr reducir el peligro percibido por la cultura dominante.
El ejemplo anterior del aborigen como salvaje sirve también para demostrar cómo los cambios en la condición social pueden incorporarse en una versión más moderna del mismo estereotipo. El siglo veinte ve nacer en los medios de comunicación una representación nueva del aborigen australiano. Es la visión del aborigen como ser infantil, estúpido, perezoso e irresponsable. La representación no es verdaderamente nueva, ya que incorpora las imágenes originales del «salvaje violento», pero ahora se hace énfasis, por primera vez, en su calidad infantil y en su estupidez.
¿Por qué surgió tal estereotipo y cómo funcionó ideológicamente? Una vez más, la condición social del grupo proporcionó una base afincada en la realidad para construir el estereotipo citado. El peligro de oposición a la expansión territorial del colono blanco se había neutralizado gracias a los recursos superiores de los colonos.
Los aborígenes fueron dispersados en grupos pequeños a través de una gran extensión de tierra. Dentro de estos grupos existía una estructura política amorfa y escasez de recursos económicos, factores que no les permitía negociar su posición con los terratenientes blancos. Esta falta de poder dio lugar a una forma rapaz de colonización rara vez vista previamente. El proceso de desposeer al aborigen de sus tierras fue total, ya que los primeros colonos necesitaban la tierra pero no sus habitantes originales y resolvieron, por tanto, desterrar al aborigen completamente.
Esta arremetida concertada de la sociedad blanca tuvo éxito en herir gravemente la estructura socioeconómica de la cultura indígena, algo que creó grupos tribales desmoralizados, llenos de odio, sin suficiente autonomía y orden para poder reorganizarse y adaptarse al cambio de modo constructivo. En la década de los años treinta de este siglo, la enfermedad y la depravación redujeron el número de aborígenes y afectaron la salud de muchos sobrevivientes. Este cambio en la condición social de los aborígenes, el de convertirse en una gente aislada y desmoralizada, después de haber defendido activamente su tierra, fue evaluado negativamente por los medios que describieron al aborigen como ser apático, indolente y estúpido.
El asesoramiento peyorativo de su condición social fue presentado en los medios como la causa de tal condición. A los aborígenes se los representó en los medios consistentemente como gente inferior intelectual y socialmente y, por implicación, como merecedores de su destino. Las causas históricas de su condición fueron ignoradas y sus efectos se presentaron en los medios de comunicación como la causa de su desastrosa suerte.
El papel de los Medios de Comunicación
Los Medios de comunicación refuerzan las opiniones generales de la gente y sirven para definir el contenido del estereotipo para su público, recurriendo a la presentación y repetición de representaciones coexistentes. El contenido del estereotipo que aparece en los medios viene de la interpretación social de un grupo. Estas interpretaciones son invariablemente negativas, y parece ser que el estereotipo emerge a través de estas evaluaciones negativas. Los medios nunca explican los cambios en la condición social en términos históricos. La historia se evapora y no se toman en cuenta las causas de la condición social. Ciertos atributos del grupo que radican en su condición social son descritos como si fuesen la causa de la misma condición social. Se invierten causa y efecto y los efectos se evalúan negativamente y se citan como la causa de la situación inferior del aborigen, como en el ejemplo de los aborígenes y su problema con el alcohol y su combatividad.
Este vínculo con las condiciones sociales le da validez al estereotipo. Al ser en parte verdad, se convierte en un componente de nuestra ideología: la gente puede identificar su grano de verdad y así, pues, el estereotipo se difunde efectivamente.Por regla general, el estereotipo llega a ser conocido por la comunidad, aunque no todos lo adopten corno verdad; como tal, el estereotipo sirve como poderoso instrumento de información.
El papel del educador es intentar superar las nociones simplistas de los estereotipos. No es suficiente enseñarle al estudiante que los estereotipos son falsos, o que éstos conciernen a gente que desconocemos. Es simplista enseñar que tenemos habilidad para rechazar los estereotipos. La enseñanza debe concentrar sus esfuerzos para educar al estudiante sobre las funciones de los estereotipos, y cómo organizan y limitan nuestro modo de ver el mundo. Una vez que el estudiante tenga conciencia de cómo funcionan los estereotipos, más oportunidad tendrá de rechazar el modo de pensar simplista que los medios de información suscitan.
Conceptos claves sobre los estereotipos
- Un estereotipo es una representación repetida frecuentemente que convierte algo complejo en algo simple (causando distorsión en dicho proceso porque se hace más énfasis en algunos aspectos del grupo mientras que se ignoran otros).
- El estereotipo es un modo de categorizar el mundo real, de darle significado a un aspecto específico de ese mundo en vez de otro. El estereotipo nos permite organizar información sobre el mundo.
- Algunos estereotipos pueden parecer obvios porque son conocidos por todos. Estos se convierten en un modo natural. de pensar, de hablar y de bromear acerca de grupos sociales reales como las mujeres, los aborígenes, etc.
- Los estereotipos “codifican” nuestras reacciones con la gente y nuestras ideas sirven para construir y a la vez reforzar un sistema de convenciones sociales que presentamos y utilizamos.
- El estereotipo es un concepto de “grupo”. Es algo que comparte un grupo y hay mucha uniformidad sobre su contenido. (No se puede tener estereotipos “privados”)
- Un estereotipo describe a un grupo, usualmente en lo que se refiere a sus rasgos característicos.
- Los estereotipos suelen ser descripciones basadas en lo subjetivo, no lo objetivo. Por ejemplo: rubia tonta, negro sucio.
- El estereotipo es un concepto, un sistema selectivo de organización cognitiva y es un aspecto del pensamiento humano.
- Hay dos maneras de “tener” un estereotipo:a) podernos creer en su veracidad;b) no podemos creer en su veracidad pero sabemos que existe y cual es su contenido.
- En Australia, por ejemplo, existen estereotipos sobre: grupos estructurales: color, género, edad, clase grupos significantes: suegras, judíos, irlandeses, científicos, etc. grupos aislados: homosexuales, gitanos, comunistas, drogadictos grupos adversarios: fascistas, chauvinistas, esnobs, grupos socialmente insignificantes: rubias, pelirrojas, vendedores de coches de segunda mano.
- Los estereotipos sirven para proteger los intereses de algunos grupos y no los de otros. Generalmente, el estereotipo se aplica a grupos que luchan por el poder político del que carecen: mujeres, negros, homosexuales, por ejemplo.
- El estereotipo sirve para justificar o racionalizar nuestra conducta en relación a la categoría que representa; es decir, sirve para justificar nuestro acogimiento o rechazo de un grupo.
- Un estereotipo es efectivo en el grado que invoca un consenso. El estereotipo representa una opinión común acerca de un grupo social.
- El consenso que invoca un estereotipo es menos real de lo que aparenta porque, por lo normal, nuestras ideas sobre grupos sociales son el producto de estereotipos.
- La fuerza de un estereotipo, es decir su aceptación y uso como un concepto comunicativo tiene una relación directa al grado en que éste es percibido por su público corno una representación válida de lo real.
- El estereotipo se crea con:
1. la identificación de una condición social;
2. la evaluación negativa de tal condición social;
3. la formulación de esta evaluación como una característica innata del grupo.
4. la presentación de esta evaluación negativa como la causa de la condición social en vez del efecto de la misma.
Con la inversión de la causa efecto, es que el efecto se presenta como la causa, se “prueba” y, por tanto, se justifica el estereotipo.

Quin, Robyn: "Representación y estereotipos”, en “La Revolución de los medios audiovisuales". Roberto Aparici. Ediciones de la Torre, Madrid, 1996 (páginas 225-232). (Extraído de: http://www.uned.es)

lunes, 23 de abril de 2007

2° (H. y S.C) Instituto Maipú

Amolef, Victoria
Benitez,
Blanco, Matías
Cáceres, Esteban
Compagnoni, Stéfano
García, Andrea
García, Ivanna
Godoy, Tamara
Gomez, Ayelén
Gonzalez, Malena
Jauregui, Sabrina
Maidana, Jonathan
Malanka, Bárbara
Perez Millán, Aldana
Procopio, Melanie
Sanchez, Estefanía
Sanchez, Nahir
Terranova, Diego
Zagari, Esteban

domingo, 22 de abril de 2007

MEDIATIZACIÓN DE LA INFORMACIÓN + INTERESES CREADOS...

por Valeria Sambucari *


Una idea que circula en el imaginario actual es la de la de la influencia de los medios sobre la opinión del público. Paradójicamente no es muy común que se hable en términos claros sobre el origen real de esta influencia, que linda la mayoría de las veces con la manipulación.
Los medios masivos de comunicación influyen activamente en la “ideología” de las personas, en su forma de pensar y de actuar frente al mundo, en tanto que mediatizan la información que éstas reciben. Esta mediación entre información y recepción es indiscutible: los medios están imposibilitados de mostrar al mundo tal cual es, de relacionarse linealmente con la realidad. Se valen entonces de la representación (nueva presentación de algo), la cual implica siempre una selección de aspectos dentro de la totalidad que constituye la realidad de lo que se va a presentar. Un determinado enfoque de cámara, la omisión de alguna información o el orden en que son presentadas una serie de noticias son ejemplos simples de esta mediatización. Quizá no esté de más aclarar que la selección jamás es inintencionada; por el contrario, está cargada de valoraciones que los medios -más precisamente quienes los manejan- quieren imprimir en los destinatarios.
Esta situación se acentúa a partir del fenómeno de formación de multimedios, que concentran la propiedad de los medios comerciales de mayor audiencia en manos de unas pocas megacompañías; sin dejar de lado las relaciones que sus dueños puedan mantener con los gobiernos o los poderes políticos. De este orden de cosas se deduce que el derecho a la información se ha falseado, entre otras cosas, por la falta de pluralismo informativo que garantice la democracia necesaria en la recepción de información, para obtener una perspectiva más amplia de la realidad.
Otro hecho decisivo en la selección de la información que se da a conocer (y es necesario que haga hincapié en la palabra selección, en pos de recordar que implica ésta la exaltación de ciertos elementos en detrimento de otros) es la publicidad. El economista canadiense Dallas Smythe sostiene que la verdadera mercancía de los medios no es su programación sino su audiencia. Es por medio de la publicidad que los medios venden su público a los anunciantes, y, obviamente, cuanto más público tiene un programa, más anunciantes atraerá. En consecuencia los medios emprenden un proceso de banalización de la información (Pierre Bourdieu, 1996), en tanto que ésta es homogeneizada y despolitizada, que evita plantear problemáticas que puedan generar polémicas relevantes, que elude cualquier cosa que divida o excluya público, y, sobre todo, “que deja intactas las estructuras mentales” (Bourdieu, 1996).
De lo que se ha hablado puede inferirse fácilmente que los medios y sus mensajes están a cargo de las clases dominantes, a pesar de lo cual algunas teorías como la de los Estudios Culturales de Birmingham aseguran que éste no constituye un poder de manipulación; depositan éstos su fe en el receptor activo y en la negociación de los significados dominantes entre el texto y dichos receptores. Ahora, si bien es cierto que la lectura de los mensajes nunca es absolutamente lineal por parte de los receptores, me pregunto hasta qué punto un destinatario común y ordinario puede negociar el significado de un mensaje construido estratégicamente para hacerle percibir las cosas de tal o cual forma en lugar de tal o cual otra; destinatario que seguramente no cuenta con las herramientas necesarias que decodifiquen tan fácilmente las intenciones finales del mensaje, y cuyas competencias y características ya han sido tomadas en cuenta previamente por su emisor a la hora de construir el texto.
A mi entender la supuesta negociación será, en la gran mayoría de los casos, prácticamente nula o alcanzará aspectos irrelevantes a la hora de resistirse u oponerse total o parcialmente al mensaje dominante desde la interpretación, que es el fin último que debería ocupar a dicha negociación. Por el contrario, creo que los medios masivos de comunicación influyen a tal punto en las opiniones de su público que han anulado el ánimo crítico y participativo de éste, estableciendo una situación de, como mucho, aceptación o rechazo de las estructuras predigeridas por ellos que se entregan para ser felizmente tragadas.

* Valeria Sambucari es estudiante de Psicología y egresada 2006 del Instituto San Carlos Borromeo.

sábado, 21 de abril de 2007

Por qué atacar al Pato Donald...


…”Hablar del pato Donald es hablar del mundo cotidiano –el del deseo, el hambre, la alegría, las pasiones, la tristeza, el amor- en que se resuelve la vida concreta de los hombres. Y es esa vida concreta –la manera de estar en el mundo- la que debe cambiar un proceso revolucionario. Solo la construcción de otra cultura otorga sentido a la imprescindible destrucción del ordenamiento capitalista, porque al fin y al cabo –como repetía Ernesto Guevara- la revolución no se justifica simplemente por distribuir más alimento a más gente. Llevado al límite (y si se descartan esquemas teo- teleológicos) bien podría preguntarse para qué luchar por dar de comer a los hombres si no es para lanzarlos a imaginar un mundo de infinitas potencias.
En ese mundo de lo cotidiano (que tiene como eje la diaria presencia en la fábrica) el obrero produce plusvalía como condición necesaria para que se reproduzca el sistema capitalista y, en el mismo movimiento, produce la ideología que perpetúa su relación con la sociedad. Allí, en su diálogo cotidiano con la máquina (diálogo cuyo esquema simbólico repetirá en su hogar o sus sueños) debe instalarse la subversión si se quiere que el cambio de propiedad de los instrumentos de producción no aparezca como un acontecimiento divorciado de su existencia real. La ideología, pues, no se ofrece como un terreno epifenoménico donde ´también´ (pero más tarde) debe librarse una batalla, según lo afirma una izquierda mostrenca y desanimada. La revolución debe concebirse como un proyecto total aunque la propiedad de una empresa pueda cambiar de manos bruscamente y lo imaginario colectivo requiera un largo proceso de transformación. Si desde el primer acto el poder no se postula como cambio ideológico, las buenas intenciones de hacer la revolución concluirán inevitablemente en una farsa.
En ese mundo de lo cotidiano se verifica, igualmente, el papel del andamiaje jurídico–institucional reproductor de la ideología dominante, uno de cuyos instrumentos más eficaces lo constituyen los medios de comunicación de masa. En la frecuentación permanente con las ideas de la clase hegemónica de la sociedad –la que posee materialmente los medios e impone el sentido de los mensajes que emite- los hombres elaboran su manera de actuar, de observar la realidad. Es preciso, por lo tanto, escapar de ese orden y descodificarlo desde otra visión del mundo, es necesario re- comprender la realidad para lograr modificarla. Si esto no se entiende, si la “lucha ideológica” no adquiere primordial importancia, se castra la función del proceso revolucionario que tiende, básicamente a reordenar el sentido de los actos concretos.
Sólo desde otra manera de concebir el mundo puede asignarse un valor al cambio de las estructuras. A la inversa, la aceptación acrítica de las pautas culturales establecidas, significa la consagración del mundo heredado. Aún cuando, es preciso repetirlo, haya cambiado de manos la propiedad de los medios de producción…
(…)
…”El salto cualitativo se refiere a las características que asume esta relación, a la cultura que se genera a partir de las formas concretas de una existencia que tienda a la creciente participación de todos en todo.” …


Armand Mattelart y Ariel Dorfman, Para Leer al Pato Donald, Editorial Siglo XXI, 34ª Edición, México, D.F., 1998.

viernes, 20 de abril de 2007

Sobre la Emancipación Intelectual


“Tal es la única oportunidad, la oportunidad única de emancipa- ción intelectual: cada ciudadano es también un hombre que hace obra, de la pluma, del buril o de cualquier otra herramienta. Cada interior superior es también un igual que explica y hace explicar a otro lo que ha visto. Siempre es posible jugar con esta relación de sí hacia sí y llevar al hombre social a su primera verdad para despertar en él al hombre razonable. Sólo el que no pretende introducir el método de la enseñanza universal en los mecanismos de la máquina social puede suscitar esta energía tan nueva que fascina a los amantes de la libertad, esta potencia sin gravedad ni aglomeración que se propaga como el relámpago, por el contacto de dos polos. Sólo el que abandona los mecanismos de la máquina social tiene la oportunidad de hacer circular la energía eléctrica de la emancipación.
Solamente se dejará de lado a los atontados del Viejo y a los poderosos a la antigua usanza. Ellos ya se inquietaban por los maleficios de la instrucción en los hijos del pueblo, imprudentemente arrancados de su condición. Es lo que sucede si se habla de emancipación e igualdad de las inteligencias, si se dice solamente que ¡marido y mujer tienen la misma inteligencia! ¡Un visitante preguntó al señor Jacotot si las mujeres en una situación de igualdad todavía serían bonitas! Privemos pues a estos atontados de respuesta, dejémosles girar en su círculo académico nobiliario. Sabemos que eso es lo que define a la visión atontadota del mundo: creer en la realidad de la desigualdad, imaginarse que los superiores en la sociedad son efectivamente superiores, y creer que la sociedad estaría en peligro si se extendiese la idea, sobre todo en las clases bajas, de que esta superioridad es exclusivamente una ficción acordada. De hecho, sólo un emancipado puede oir sin turbación que el orden social es pura convención y obedecer escrupulosamente a superiores de los que sabe que son iguales que él. Él sabe lo que puede esperar del orden social y no provocará grandes trastornos. Los atontados no tienen nada que temer, pero ellos no lo sabrán nunca…”
Jacques Ranciére. El Maestro Ignorante. Cinco lecciones sobre la emancipación intelectual. Laertes. Barcelona. (Edición francesa: fayard 1987).

jueves, 19 de abril de 2007

Tiempo Orgánico y Mecánico

“…El monasterio fue base de una vida regular, y un instrumento para dar las horas a intervalos o para recordar al campanero que era hora de tocar las campanas es un producto casi inevitable de esta vida. Si el reloj mecánico no apareció hasta que las ciudades del siglo XIII exigieron una rutina metódica, el hábito del orden mismo y de la regulación formal de la sucesión del tiempo, se había convertido en una segunda naturaleza en el monasterio. Coulton está de acuerdo con Sombart en considerar a los Benedictinos, la gran orden trabajadora, como quizá los fundadores originales del capitalismo moderno: su regla indudablemente le arrancó la maldición al trabajo y sus enérgicas empresas de ingeniería quizá le hayan robado incluso a la guerra algo de su hechizo. Así pues no estamos exagerando los hechos cuando sugerimos que los monasterios -en un momento determinado hubo 40.000 hombres bajo la regla benedictina- ayudaron a dar a la empresa humana el latido y el ritmo regulares colectivos de la máquina; pues el reloj no es simplemente un medio para mantener las huellas de las horas, sino también para la sincronización de las acciones de los hombres.
“…Las nubes que podían paralizar el reloj de sol, el hielo que podía detener el reloj de agua de una noche de invierno, no eran ya obstáculos para medir el tiempo: verano o invierno, de día o de noche, se daba uno cuenta del rítmico sonar del reloj. El instrumento pronto se extendió fuera del monasterio; y el sonido regular de las campanas trajo una nueva regularidad a la vida del trabajador y del comerciante. Las campanas del reloj de la torre casi determinaban la existencia urbana. La medición del tiempo pasó al servicio del tiempo, al recuento del tiempo y al racionamiento del tiempo. Al ocurrir esto, la eternidad dejó poco a poco de servir como medida y foco de las acciones humanas. “

Mumford; Lewis: El Monasterio y el Reloj, en Preparación Cultural. Técnica y Civilización (1934). Madrid Alianza (1994).
(Libro digitalizado en: http://www.hipersociologia.org.ar/biblioteca/textos/ )

miércoles, 18 de abril de 2007

CRONOGRAMA PROGRAMAS DE RADIO

PARA IR A LA RADIO: Recordar llevar 2 (dos) autorizaciones firmadas, planilla para corrección en estudio, CD de cortina musical, y los CDS extra que hayan previsto pasar.
Si mientras están preparando los programas tienen alguna inquietud pueden consultarme por e-mail o pedirle ayuda a otros profesores del área de Comunicación, Arte y Diseño (Andrés Fuschetto, Jorge Ferrando, Mariano Santana, Milton Viquendi y Virginia Traballoni).
...........................................................
FECHA DE EMISIÓN Y TEMÁTICA ARTICULADORA
-Jueves 26 de Abril- GRUPO 1 (3°A) “Conflicto Docente”
-Jueves 3 de Mayo-GRUPO 2 (3°B)
“La Educación”
-Jueves 10 de Mayo- GRUPO 3 (3°A)
“Los Valores”
-Jueves 17 de Mayo- GRUPO 4 (3°B)
“La Violencia”
-Jueves 24 de Mayo- GRUPO 5 (3°A)
“La Amistad”
-Jueves 31 de Mayo- GRUPO 6 (3°B)
“La Tolerancia/Intolerancia”
-Jueves 7 de Junio- GRUPO 7 (3°A)
“La Pobreza”
-Jueves 14 Junio- GRUPO 8 (3°B)
“La Libertad”
-Jueves 21 de Junio- GRUPO 9 (3°A)
“La Política”
-Jueves 28 de Junio- GRUPO 10 (3°B) “El Amor”
-Jueves 5 de Julio- GRUPO 1 (3°A) “La locura/cordura”
-Jueves 12 de Julio- GRUPO 2 (3°B)
“La Juventud”
-Jueves 19 de Julio- GRUPO 3 (3°A)
“La Familia”
-Jueves 26 de Julio- GRUPO 4 (3°B)
“La Cultura”
-Jueves 2 de Agosto- GRUPO 5 (3°A) “El Arte”
-Jueves 9 de Agosto- GRUPO 6 (3°B) “La Justicia”
-Jueves 16 de Agosto- GRUPO 7 (3°A) “La Moda”
-Jueves 23 de Agosto- GRUPO 8 (3°B)
“La Niñez”
-Jueves 30 de Agosto- GRUPO 9 (3°A) “La Soledad”
-Jueves 6 de Septiembre- GRUPO 10 (3°B) “El Alma/Espíritu”
-Jueves 13 de Septiembre- GRUPO 1 (3°A)
“La Vocación”
-Jueves 20 de Septiembre- GRUPO 2 (3°B)
“La Patria”
-Jueves 27 de septiembre- GRUPO 3 (3°A)
“Las Adicciones”
-Jueves 4 de Octubre- GRUPO 4 (3°B) “La Discriminación”
-Jueves 11 de Octubre- GRUPO 5 (3°A)
“El Trabajo”
-Jueves 18 de Octubre- GRUPO 6 (3°B)
“La Etica”
-Jueves 25 de Octubre- GRUPO 7 (3°A)
“La Diversión/Aburrimiento”
-Jueves 1 de Noviembre- GRUPO 8 (3°A)
“Las Clases Sociales”
-Jueves 8 de Noviembre- GRUPO 9 (3°B) “Los Estereotipos”
-Jueves 15 de Noviembre- GRUPO 10 (3°A)
“Los Medios Masivos”
-Jueves 22 de Noviembre- GRUPO 1 (3°B)
“La Fe/Esperanza”
-Jueves 29 de Noviembre- GRUPO 2 (3°A)
“La Inteligencia”
-Jueves 6 de Diciembre- GRUPO 3 (3°A) “La Ideología”
-Jueves 13 de Diciembre- GRUPO 4 (3°B)
“Lo Posible/Imposible”


Los Jueves de 9 a 10 Hs. los alumnos de tercer año del Instituto San Carlos Borromeo realizarán su programa radial en 105.3 (FM Emociones).

martes, 17 de abril de 2007

Distintas Posturas Sobre los Medios de Comunicación

En 1963, Umberto Eco identificó con el nombre de “apocalípticos” a los pensadores que hacían hincapié en los efectos negativos de los medios masivos en la sociedad y atribuyó el nombre de “integrados” (o, en este fragmento, “apologistas”) a los que celebraban sin ninguna actitud crítica el desarrollo de los medios masivos. Eco criticó ambos tipos de pensamiento.

“El error de los apologistas estriba en creer que la multiplicación de los productos industriales es de por sí buena, según una bondad tomada del mercado libre, y no que debe ser sometida a crítica y a nuevas orientaciones.
El error de los apocalíptico-aristocráticos consiste en pensar que la cultura de masas es radicalmente mala precisamente porque es un hecho industrial, y que hoy es posible proporcionar cultura que se sustraiga al condicionamiento industrial.”
Umberto Eco. Apocalípticos e Integrados Barcelona, Lumen, 1990 citado en Comunicación /Santillana Polimodal Sergio Caletti, Andrés M. Cuesta González, Pablo G. Livszyc

Estructuración técnica del tiempo

“No puede sobreestimarse el provecho en eficiencia mecánica gracias a la coordinación y la estrecha articulación de los acontecimientos del día. Si bien este incremento no puede medirse sencillamente en caballos de fuerza, sólo tiene uno que imaginar su ausencia hoy para prever la rápida desorganización y el eventual colapso de toda nuestra sociedad. El moderno sistema industrial podría prescindir del carbón, del hierro y del vapor más fácilmente que del reloj.”

Lewis Mumford, Técnica y Civilización

El Control de los Procesos

“Al evolucionar los tornos, se separaron del operador diversas partes de la operación. Se aplicó energía para voltear el torno desapareciendo el pedal, y se añadieron artefactos para sostener primero las herramientas de corte y luego para controlarlas. Si analizamos los diferentes aspectos del trabajo del tornero, es posible identificar en detalle los pasos en que el desarrollo mecánico absorbió gradualmente las funciones hasta que en la actualidad los tornos controlados numéricamente son completamente automáticos.”


Arnold Pacey, La Cultura de la Tecnología.

El Significado de Educar

“La educación también admite algunas reflexiones a partir de su etimología. El término educar viene de ducere, que quiere decir conducir. E-ducere, según dicen los diccionarios, es sacar afuera, conducir hacia fuera. Si educar es sacar afuera, aparece una pregunta nada fácil: ¿sacar afuera qué? Decir que educar es sacar afuera implica que hay algo adentro, porque ¿cómo se saca algo afuera si no hay algo adentro? Se supone la existencia de algo previo que el educador conduce hacia fuera del educando. ¿Y qué tenemos adentro?, ¿realmente hay algo adentro? Contra la idea más frecuente, educar es sacar algo y no poner algo.
Ciertas teorías indican que los seres humanos sólo somos lo que vamos aprendiendo, es decir, somos sólo receptores. El niño sería como una especie de hueco inmenso que después se va llenando. En la tradición judía se dice que cada ser humano nace conociendo todo el contenido de los libros sagrados, pero en el momento en que nace, un ángel lo toca con un dedo, o lo besa, y olvida todo. La vida es un largo esfuerzo por recordar lo que en realidad ya sabía. Este mito es provocador; educare, quizá, es sacar afuera todo aquello que ya estaba pero que se había olvidado.”

Schmucler, Héctor. Memoria de la comunicación. Ed. Biblos, 1997

Información, Comunicación y Ética Teórica

“El mundo visto como un mero intercambio de información es el imperio de la trivialidad; el abandono de las jerarquías morales impone el imperio de “todo da lo mismo”. Pero cuando “todo da lo mismo”, en realidad “nada vale”. Estamos ahí en las fronteras del nihilismo, de la nada, de la exaltación de la nada. De la negación de nosotros como seres portadores de algo absoluto, o sea, exactamente lo contrario de la nada.
Señalar esta trivialización cuando el mal también se hace trivial es nuestra tarea más importante. Es la peor forma del mal, el mal trivial no es una forma inferiorizada del mal absoluto. Todo lo contrario: es el mal absoluto actuando de la manera más intensa. Cuando no se percibe manifiestamente, cuando adquiere la forma de los hechos cotidianos, técnicamente necesarios, el riesgo es mayúsculo. Una de las maneras en que actúa esta trivialización, o sea, el mal, se reconoce en la dificultad de pensar en estas cosas, en la mirada piadosa que acompaña a quienes se aventuran por estas zonas. “

Schmucler, Héctor. Memoria de la comunicación. Ed. Biblos, 1997

Campañas Electorales: Influyentes pero no tanto

“Desde luego, el estudio de Erie Country no sugiere que un partido pueda prescindir de su campaña electoral y ganar. La propaganda ha de reforzar y sostener las intenciones de voto de un cincuenta por ciento, aproximadamente, de los votantes que han tomado su decisión antes de comenzar la campaña. Por otra parte, ésta ha de activar las predisposiciones latentes en la mayoría de los que se muestran indecisos. La campaña es como el baño químico que revela las fotografías. La influencia química es necesaria para que surjan las imágenes, pero sólo pueden aparecer aquellas imágenes ya latentes en la placa.
Sólo un pequeñísimo porcentaje de la gente puede ser considerado como indeciso hasta el punto de que únicamente la propaganda pueda convertirlo, y es probable que esta fracción sea de una índole especial: personas no muy interesadas y que viven en una constelación especial en la que ninguno de los dos candidatos aparece como una solución muy convincente. Como resultado de ello, tales personas se muestran especialmente sensibles a las presiones sociales que las circundan, y si finalmente llegan a una decisión, es muy probable que su voto sea proporcional a las influencias de grupo ejercidas sobre ellas. Esto significa que, al final, su decisión no alterará considerablemente la proporción de intenciones de voto republicano o demócrata existentes antes del comienzo de la campaña.”

Paul Felix Lazarsfeld
“La campaña electoral ha terminado”. En Alicia Entel (comp.).
Teorías de la comunicación. Cuadros de época y pasiones de sujetos.
Buenos Aires, Fundación Universidad a Distancia Hernandarias, 1994.

La Espiral de Silencio

“El temor al aisla- miento (no sólo el temor que tiene el individuo de que lo aparten sino también la duda sobre su propia capacidad de juicio) forma parte integrante, según nosotros, de todos los procesos de opinión pública. Aquí reside el punto vulnerable del individuo; en esto los grupos sociales pueden castigarlo por no haber sabido adaptarse. Hay un vínculo estrecho entre los conceptos de opinión pública, sanción y castigo. (…)
Basándonos en el concepto de un proceso interactivo que genera una “espiral” de silencio, definimos opinión pública como aquella que puede ser expresada en público sin riesgo de sanciones(…).
Según el mecanismo psicológico que hemos denominado ‘la espiral de silencio’, conviene ver a los medios como creadores de la opinión pública. Constituyen el entorno cuya presión desencadena la combatividad, la sumisión o el silencio.”
Elisabeth Noelle Neumann. “La Espiral del Silencio”. 1992.

lunes, 16 de abril de 2007

PROGRAMA DE RADIO


Los jueves de 9 a 10 Hs. los alumnos de tercer año del Instituto San Carlos Borromeo realizan su programa radial en 105.3 (FM Emociones).

9°B INSTITUTO DEL ROSARIO


Aragón, Bárbara
Carro, Leonela
Di Stefano, Eugenio
Dominguez, Daniela
Fernandez, Gastón
Frontera, Gonzalo
Gomez, Facundo
Marabotto, Franco
Maspero, Camila
Moglia, Bárbara
Morales, Carmen
Palacios, Facundo
Ramirez, Cynthia
Rodríguez, Ezequiel
Savaletto, Nicolás
Vazquez, Nicolás

8°B INSTITUTO DEL ROSARIO

Barbosa, Lucas
Basile, Nicolás
Cahil, Camila
Camacho, Agustín
Casara, Analía
Cetera, Romina
Couvatta, Diego
Edorna, Emmanuel
Espinosa, Natalia
Fernandez, Vanesa
Fuentes, Maxi
Godoy, Nicolás
Laterza, Leonardo
Lopez, Facundo
Marasco, Nahuel
Mariscal, Jessenia
Montanari, Pablo
Oller, Romina
Papadópulos, Axel
Peredo, Gisella
Santelli, Samantha
Silva, Paula Flor
Tuliet, Gabriela
Vazquez, Meylin
Zamora, Vanesa

3° AÑO INSTITUTO DEL ROSARIO

Asenjo, Leonardo
Barrera, Ludmila
Barrera, María Florencia
Carlassare, Cristian
Casale, Yamila
Castro, Ayelén
Cava, Lucía
Cesario Toledo, Cristian
Chacón, Romina
Fontanilla, Valeria
Franco, Cristian
Katinas, Laura
Lamuedra, María Florencia
Lopez, Yesica
Pana, Vanesa
Pavón, Clarisa
Ramos, María Carla
Rivas Morais, Carla
Rivera, Ignacio
Rodriguez, Florencia
Scardilli, Anabel
Sena, Rodrigo
Silva, Daniela
Tinnirello, Romina
Todero, María
Trifiletti, Alejandra

2° AÑO INSTITUTO DEL ROSARIO


Arroyo, Paula Jimena
Baiocchi, Romina
Barbaro, Jimena
Basile, María Florencia
Chollet Gómez, Dayana
Daglio, Brian Daniel
Dominguez, Luciana
Etchebehere, María Florencia
Fernandez, Juan Manuel
Fernandez, Mariela
Franco Perez, Melisa
Fuentes, Oscar
Garro Ceballos, Noelia
Gatti, Eliana María
Laporta, Daiana
Liberman, Yesica
Maldonado Reategui, A
Mannino, Paula
Martínez, Vanesa
Moya Acero, Joel
Ramirez Padilla, Anthony
Salandro Toledo,
Sosa, María Laura
Trobiani, Silvestre
Troiani, Jimena
Valdez, Flavia

1° AÑO INSTITUTO DEL ROSARIO

Acosta, Federico
Acosta, María Fenrnanda
Arias, Horacio
Arizaga Salas, Julio
Benitez Brunaga, Arnaldo
Braña, Ignacio
Cesario Toledo, Diego
Crosignani, Rodrigo
Cuccioni, Nicolás
Cuello Uribe, Tamara
De Angelis, María Jesús
Della Vedova, Sofía
Dominguez, Mauro
Fernandez, Mariana
Fernandez, Yanina Noelia
Flores, Maximiliano
Fraticelli, Daiana Florencia
García Neglia, Ariel
Gomez, Guido
Klein, Raul
Lopez, Maximiliano
Maturo, Daffonchio
Mendez Celentano,
Novellino, Priscila Antonella
Orozco, Lucas
Pace, Daiana Gisela
Petra, Sofía Paz
Pisani, Ignacio
Retamar, Cecilia
Rouys, Cristian
Saccomanno, Leandro
Santa María, Nicolás
Serrano, Denisa Laura
Soro, Camila Belén
Trimboli, Mauro Rubén
Vargas, Maximiliano
Velzquez, Humberto
Vera, Nazareno
Vichera, Fernando

¿Para qué sirve la educación científica en el siglo XXI?


"La educación, y muy concretamente la alfabetización científico-tecnológica, ha de tratar con detenimiento estas cuestiones, ha de favorecer análisis realmente globalizadores y preparar a los futuros
ciudadanos y ciudadanas para la toma fundamentada y responsable de decisiones. Es preciso, sobre todo, que esa educación permita analizar planteamientos que son presentados como "obvios" e incuestionables, sin alternativas, escamoteando de ese modo la posibilidad misma de elección. Ese es el caso, pensamos, de la idea de competitividad. Curiosamente, todo el mundo habla de competitividad como algo del todo necesario, sin tener en cuenta que se trata de un concepto muy contradictorio cuando se analiza globalmente: ser "competitivos" significa poder ganarle a otros la partida; el éxito en la batalla de la competitividad conlleva el fracaso de otros. Puede ser ilustrativa a este respecto la forma en que Sánchez Ferlosio (1997) se refiere a "la perspectiva del actual encarnizamiento de la competencia, con la inexorable urgencia de ajustarse sin pausa a la aceleración de la carrera de la competitividad" (el subrayado es nuestro). Se trata, pues, de un concepto que responde a planteamientos particularistas, centrados en el interés de una cierta colectividad enfrentada -a menudo "encarnizadamente"- a "contrincantes" cuyo futuro, en el mejor de los casos, nos es indiferente… lo cual resulta contradictorio con las características de un desarrollo sustentable, que ha de ser necesariamente global y abarcar la totalidad de nuestro pequeño planeta."

"La educación ha de contribuir a fundamentar la convivencia de regirse por otro concepto de eficiencia, que tenga en cuenta las repercusiones a corto, medio y largo plazo, tanto para una colectividad dada como para el conjunto de la humanidad y de nuestro planeta. Y es necesario, asimismo, hacer ver que no hay nada de utópico en estos planteamientos: hoy lo utópico, "lo que no tiene lugar", es pensar que podemos seguir guiándonos por intereses particulares sin que, en un plazo no muy largo, todos paguemos las consecuencias. Quizás ese comportamiento fuera válido -al margen de cualquier consideración ética- cuando el mundo contaba con tan pocos seres humanos que resultaba inmenso, sin límites. Pero hoy eso sólo puede conducir a una masiva autodestrucción."

GIL, D.ñ: "El papel de la educación ante las transformaciones científico-tecnológicas", Revista Iberoamericana de Educación, Nº 18. http://www.campus-oei.org/oeivirt/rie18a03.htm (Extraído de www.grupoargo.org)

¿Cómo se consideraba hace dos siglos la Educación Científica?


"...Estas ciencias son, contra los prejuicios, contra la pequeñez de espíritu, un remedio, si no más seguro, al menos más universal que la filosofía misma. Son útiles en todas las proporciones y es fácil ver cómo lo serían más si estuviesen más uniformemente extendidas. Los que siguen su marcha ven aproximarse la época en que la utilidad práctica de su aplicación va a alcanzar una difusión a la que no hubieran osado sus esperanzas y en que los progresos de las ciencias físicas deben producir una dichosa revolución en las artes, y el medio más seguro de adelantar esta revolución es el de esparcir estos conocimientos en todas las clases de la sociedad y facilitarles los medios de adquirirlas."

CONDORCET (1792): Informe sobre la organización general de la Instrucción Pública, Morata, Madrid,2001

"...En teoría, el proyecto de dar una educación a las clases trabajadoras es ya bastante equívoco, y en la práctica, sería perjudicial para su moral y felicidad. Enseñaría a las gentes del pueblo a despreciar su posición en la vida en vez de hacer de ellos buenos servidores de la agricultura y los otros empleos a los que les ha destinado su posición. En vez de enseñarles subordinación les haría facciosos y rebeldes, como se ha visto en algunos condados industrializados. Podrían entonces leer panfletos sediciosos, libros peligro- sos y publicaciones contra la cristiandad. Les haría insolentes ante sus superiores; en pocos años el resultado sería que el gobierno tendría que utilizar la fuerza contra ellos."

Informe del presidente de la Royal Society para oponerse a principios del siglo XIX a la creación de escuelas elementales en Inglaterra, en CIPOLLA, C.: Educación y desarrollo en Occidente, Ariel, Barcelona,1970) / Extraído de www.grupoargo.org

La Ciencia para el Siglo XXI


"La región de América Latina y el Caribe enfrenta la imperiosa necesidad de avanzar en su proceso de desarrollo económico y social sustentable. En ese proceso la ciencia, la tecnología y la innovación deben contribuir a: elevar la calidad de vida de la población; acrecentar el nivel educativo y cultural de la pobla- ción; propiciar un genuino cuidado de calificación de los recursos humanos; aumentar la competitividad de la economía, y disminuir los desequilibrios regionales. (...)
Un nuevo compromiso (contrato) social de la ciencia deberá basarse en la erradicación de la pobreza, la armonía con la naturaleza, y el desarrollo sustentable. (...)
Resulta indispensable mejorar el conocimiento y análisis, y contribuir a armonizar las complejas interrelaciones entre la ciencia, la tecnología y la sociedad.
Los sistemas políticos democráticos deben valorar y apoyar decididamente el desarrollo de la ciencia y la tecnología, en tanto fuentes de progreso social y de enriquecimiento cultural.
Por su parte, las comunidades de investigadores deben: (i) contribuir, especialmente en el caso de problemas en los que están involucradas, a la presentación de alternativas sobre las cuales la ciudadanía pueda informarse y pronunciarse, (ii) tener en cuenta las opiniones de la sociedad y dialogar efectivamente con ella; (iii) luchar contra el entronizamiento de tecnocracias amparadas en conocimientos científicos y tecnológicos, reales o supuestos.
La conjugación de los esfuerzos de distintos actores sociales debería posibilitar la elaboración en cada país de una agenda prioritaria de grandes temas de investigación."

Declaración de Santo Domingo: "La ciencia para el siglo XXI: una nueva visión y un marco de acción", Marzo de 1999. Http://www.campus-oei.org/salactsi/santodomingo.htm

Alta Iglesia y Baja Iglesia en los estudios de CTS

Alta Iglesia y Baja Iglesia es la distinción propuesta irónicamente por Steve Fuller en una animada dis - cusión con Juan Ilerbaig que tuvo lugar durante 1992 en las páginas de la revista norteamericana Science, Technology and Society. Fuller hacía referencia a las que nosotros hemos llamado tradición europea y tradición americana, respectivamente. Ilerbaig comenzó distinguiendo entre dos subculturas CTS: una cultura académica, con sus propias revistas y congresos, y rígidos estándares académicos definidos disciplinarmente (en tanto que nueva disciplina resultante del cruce multidisciplinar bajo orientación de la socio- logía); y una cultura activista, también con sus revistas, asociaciones y congresos, pero concebida más bien como un movimiento social en sentido amplio, centrado en una reforma política y educativa. Una historia comienza con Thomas Kuhn, la otra, con la guerra de Vietnam. Una ha escrito para los altos estratos de la academia, la otra ha desempeñado un papel misionero.

GONZÁLEZ GARCÍA, M., LÓPEZ CEREZO, J. A. y LUJÁN LÓPEZ, J. L.: Ciencia, Tecnología y Sociedad.
Una introducción al estudio social de la ciencia y la tecnología, Tecnos, Madrid, 1996, p. 95.

Vannevar Bush y Unabomber, dos actitudes diferentes hacia la Ciencia y la Tecnología


Por encargo del Presidente Roosevelt, Vannevar Bush, un científico norteamericano que dirigió la Oficina de Investigación y Desarrollo, elaboró en 1945 un informe titulado "Ciencia. La última frontera". En él puso las bases de lo que sería la política científica de su país durante la segunda mitad del siglo XX. Con ingenuo optimismo Vannevar Bush defendía el modelo lineal de las relaciones entre ciencia, tecnología y sociedad: más ciencia implica más tecnología y más tecnología implica más progreso nacional y bienestar social. Es la famosa política del cheque en blanco a la ciencia por la que los políticos deben conceder autonomía completa a la ciencia e invertir en ella para esperar que, como fruta madura, se desarrollen los avances tecnológicos que siempre conducirán al progreso del país. Sin duda, Vannevar Bush encarna los planteamientos ideológicos de muchas personas que, dentro y fuera de ella, consideran que cualquier actividad científica será siempre socialmente beneficiosa y por ello debe ser apoyada sin pedir cuentas sobre sus resultados.
Pocos años antes de que Vannevar Bush elaborara su informe nacía Theodore Kaczynski quien llegaría a ser profesor de matemáticas en la Universidad de Berkeley y el modelo más emblemático del científico renegado. A finales de los años setenta abandona su brillante carrera científica y emprende otra carrera pública que le hace más famoso: la del terrorista anticiencia conocido como Unabomber. Entre 1978 y 1996 envía bombas a diferentes personalidades de la universidad con el resultado de 3 muertos y 23 heridos. Los motivos de su campaña terrorista los expone en un manifiesto de 67 páginas titulado "La sociedad industrial y su futuro" que consigue que sea publicado en 1995 por el New York Times y el Washington Post. En dicho manifiesto Unabomber considera que la sociedad actual vive en un estado de frustración, incertidumbre y pérdida de libertad provocado por la ciencia y la tecnología ya que las decisiones son tomadas por una élite con poder tecnológico que está muy alejada de la mayoría social. Frente a esta situación Unabomber propone como única solución una revolución que acabe con esta sociedad tecnológica. Coherente con sus planteamientos tecnófobos vivió durante casi veinte años, hasta su detención y condena a cadena perpetua, como un ermitaño con una única relación con la actividad técnica: la preparación de bombas caseras que enviaba a investigadores universitarios y grandes empresas tecnológicas.
Vannevar Bush y Unabomber compartían una visión radicalizada acerca de las implicaciones sociales de la ciencia y la tecnología. El primero consideraba que se debía invertir en ciencia y tecnología con la seguridad de que esa inversión produciría siempre el progreso nacional y social con sólo dejar hacer a los científicos su propio trabajo. El segundo consideraba que la ciencia y la tecnología eran el principal ene- migo de la sociedad y por ello emprendió una alocada carrera en la que intentó no dejar hacer a los cien- tíficos su trabajo enviándoles bombas. Es evidente que la conducta de Unabomber es completamente repudiable, de hecho cumple condena a cadena perpetua por ella. Pero ¿lo es menos la de Vannevar Bush? La tecnofobia de Unabomber le convirtió en un terrorista, pero la tecnofilia de Vannevar Bush le llevó a participar activamente en el Proyecto Manhattan con el que se preparó la bomba atómica.
CTS /GRUPO ARGO www.grupoargo.org

Escuela Media N°7


Baldiviezo Burgos, Erica
Bogado, Gabriel
Cocilova, Noelia
Diozquez, Yanina
Falcone, Daniel
Galarza, David
Gomez, Eliana
González, Sergio
Iñiguez, Samantha
Jara, Silvia
Lencinas, Estefanía
Melo, Pablo
Mosqueda, Sandra
Ortiz, Mailen
Roca, Marcela
Rodriguez, Adán
Segovia, Stella Maris
Zaleh, Jorge

1° (H. y C.S) Instituto Maipú


Armani, Francisco

Astudillo, Mauro
Del Pueyo, Nahuel
Domene, Nicolás
García, Mauro
Román, Nicolás
Rossi, Luciano
Santos, Mariano
Valle, Claudio
Vera, Alan
Baigorria, Paula
Fernandez, Alejandra
Godoy, Aldana
González, Keila
Kattan, Daiana
Ledesma, Cynthia
Marinelli, Belén
Mendoza, Melisa
Zorba, Iara

domingo, 15 de abril de 2007

3°3° Escuela Media N°7

Brito, Pablo
Gamarra, Jonathan
Tapia Navia, José
Vega, Angel
Zapata, Marcelo
Aguirre, Elizabeth
Ayala, Angélica
Chavez, Marina
Fernandez, Giselle
Galarza, Raquel
Madani, Giselle
Martinez, Delma
Quipildor, Macarena
Suarez, Florencia
Galiano, Ayelén
Moyano, Mariela
Ortiz, Mailén

3°A Instituto San Carlos Borromeo

Benitez, Walter
Caballero, Lucas
Caggiano, Gabriel
Campagno, Gastón
Cosentino, Gabriel
Del Monte, Francisco
Gutierrez, Leandro
Lopez, Nahuel
Mambelli, Martín
Muller, Agustín
Muñoz, Lucas
Puerta, Ezequiel
Rogna, Sebastian
Davila Marconi, Mónica
Gaya, Fernanda
Gioanini, Débora
Mielniczuk, Erika
Moreno, Stefani
Nanni, Jésica
Piccinini, Sabrina
Procopio, Andrea
Romero, Paula
Sorrenti, Micaela
Veron, Natalia

2°B Instituto San Carlos Borromeo

Aguilera, Cristian
Aquino, Uriel
Arriola, María
Bernardez, Julieta
Bouzo, Emiliano
Bruno, Matías
Burda, Nicolás
Chiantote, Paola
Denkoff, Keila
Donato, Eliana
Duarte, Camila
Fiorello, Mariano
Funes, Jessica
González, Ayelén
Livolsi, Belén
Livolsi, Romina
Marani, Mariela
Masella Romina
Muñoz, Melina
Reaño, Cynthia
Reynoso, Ailen
Rivarola, Ayelén
Rodríguez, Karina
Scarimbolo, Florencia
Teseira, Micaela
Vallejo, Belén
Vera, Mauricio
Vera, Nahir
Vidosa, Oscar
Vitulli, Johanna